Las intenciones de Iberdrola de cerrar su térmica de Lada y la de Velilla del Río Carrión (Palencia) han desatado una fuerte marejada política, que ha conseguido aunar incluso a políticos de diferentes siglas. Los gobiernos de Asturias y Castilla y León han pedido al Ministerio de Energía que frene los planes de la eléctrica vasca. El presidente del Principado, Javier Fernández, mostró ayer su frontal rechazo al cierre. Al tiempo que resaltó que para el Gobierno asturiano el tránsito hacia una economía descarbonizada debe de hacerse de forma consensuada, equilibrada y prudente. Y sentenció: "El anuncio de Iberdrola no respeta esas condiciones".

Fernández le pidió a Ejecutivo nacional que frene los planes de la eléctrica y resaltó los efectos nocivos que la clausura puede tener para el empleo y el tráfico portuario (ya que el carbón que alimenta a la térmica es de importación).

En una línea muy similar se expresó el presidente de Castilla y León, el popular Juan Vicente Herrera, que calificó el anuncio de "irrespetuoso". A continuación manifestó su "profundo disgusto" con la compañía que, recalcó, ha demostrado "tener muy poco corazón". "Las empresas, por muy importantes que sean, no pueden ser ajenas al contexto social", señaló el jefe del Gobierno castellano leonés, quien pidió que el anuncio de cierre de las centrales tenga "reconsideración" por parte de Iberdrola.

Herrera también reclamó una "reunión urgente" con el ministro de Energía, Álvaro Nadal, y las dos comunidades afectadas por estos cierres, como son Castilla y León y Asturias.

A nivel más local, el presidente de la Asociación de Vecinos de Langreo, Vicente Gutiérrez Solís, calificó de "noticia pésima" el cierre y aseguró que es necesaria una respuesta contundente de la ciudadanía contra esta decisión.