Asturias tiene una de las tasas de suicidios más altas de Europa. La región presenta un índice de 13 suicidios por cada 100.000 habitantes, balance similar al de los países nórdicos. Es una cifra muy superior a la media española (8,7 por cada 100.000 habitantes) y responde, entre otros factores, al aislamiento rural y el envejecimiento de la población.

Para reducir este balance, la Consejería de Sanidad del Principado de Asturias ha puesto en marcha un protocolo de prevención y detección precoz que involucrará a todos los sanitarios: urgencias, atención primaria y salud mental. El proyecto se pilota, desde ahora, en el área sanitaria del Nalón (nombrada área sanitaria VIII) y se incorporará, paulatinamente, al resto de la red sanitaria de la región. Aún es pronto para hablar de resultados, que empezarán a valorarse a finales de 2019, pero los expertos esperan una reducción "significativa".

El suicidio fue, durante muchos años, un tema tabú. Una tendencia que, ayer, empezó a terminarse. En el salón de actos del hospital Valle del Nalón, el gerente del Servicio de Salud de Asturias (SESPA), José Ramón Riera, encabezó la presentación de este innovador protocolo. También intervinieron el responsable de la Unidad de Coordinación de Salud Mental, el doctor José Ángel Arbesú, el gerente del área sanitaria del Nalón, Tácito Suárez y el director de salud mental en el Valle del Nalón, el doctor Celso Iglesias. "Es un honor para nosotros que este protocolo empiece a pilotarse aquí", afirmó Suárez.

Un equipo muy comprometido y la alta calidad asistencial del área (el hospital Valle del Nalón cuenta con la acreditación Joint Commission), según José Ramón Riera, fueron los factores que influyeron en la decisión. Doctores de distintas áreas se reunieron ayer, al mediodía, en la primera sesión de formación: "Buscamos unificar criterios, aunque el peso del protocolo no será el mismo para todas las áreas", explicó el doctor Arbesú.

El protocolo lleva un largo trabajo previo, en el que han participado expertos en distintas materias relacionadas con el suicidio. En concreto, han intervenido profesionales de enfermería, psiquiatría, medicina familiar y comunitaria, trabajo social y psicología clínica. Juntos elaboraron los tests, que analizaron veintinueve revisores externos. Se trata de exámenes "sencillos y de fácil aplicación" en las consultas. En ningún caso estarán por encima de la entrevista clínica.

La actuación

La actuación de los sanitarios será rápida y coordinada. En los centros de salud, según Sanidad, es "donde se detectan los pacientes con ideación suicida y la mayor parte de los intentos autolíticos". En estos casos, desde ahora, se realizará una evaluación clínica que permita establecer el riesgo (a través de los tests anteriormente citados). Los pacientes con un riesgo elevado, tendrán consulta en salud mental en menos de diez días y un contacto telefónico previo. Lo mismo en urgencias, donde se valorará si el paciente es derivado a su médico de familia o directamente a salud mental.

El área de salud mental llevará el mayor peso del protocolo para la prevención de suicidios en Asturias. Además de la prevención, también establecerá un programa de seguimiento durante un periodo de un año o más, según el caso. "Sabemos que el seguimiento puede mermar el índice de conductas autolíticas", señaló el doctor Arbesú. El 25 por ciento de las personas que sufrieron una tentativa de suicidio, vuelven a intentarlo.

Hay factores de riesgo que los sanitarios tendrán que valorar. El principal es una enfermedad mental de base. Sobre todo depresión, trastorno bipolar o psicótico, además de toxicomanías. También personas mayores que viven aisladas, solas por viudedad y con poco contacto social. Otro dato a tener en cuenta es si la persona sufre una enfermedad crónica, aún sin estar relacionada con la salud mental. Atención especial para los familiares de una persona y amigos que se haya suicidado, y que estén atravesando el duelo.

La mayoría de las personas con tendencia suicida piden ayuda. Uno de los datos que ha impulsado este protocolo es que el ochenta por ciento de las personas que refirieron tentativa o suicidio, habían acudido a la consulta un año antes. Un cuarenta y cinco por ciento, lo hizo un mes antes de la conducta autolítica. Arbesú se mostró muy optimista con el nuevo protocolo, que tildó de "operativo y clínico".

Es sólo el comienzo. Este proyecto se trasladará al resto de las áreas sanitarias de la región, siendo el área de Oviedo (denominada área sanitaria IV) la próxima en implantarlo. Además, la Consejería de Sanidad tiene previsto un programa más amplio para el abordaje del suicidio. Proyecta involucrar a otras áreas, como Servicios Sociales, en la prevención. Este primer paso, con el sistema informático y la formación, están en marcha desde la mañana de ayer, afirmó el doctor Celso Iglesias. En el objetivo de este innovador protocolo coincidieron todos: "Queremos hacer las cosas mejor".