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Los vecinos temen que el cine Esperanza se venga abajo por falta de mantenimiento

El mal estado de la antigua sala de proyecciones, cerrada en 2002, provoca humedades y grietas en el portal y las viviendas del edificio colindante

Un ciclista pasa ante el antiguo cine Esperanza de Mieres. FERNANDO GEIJO

Los vecinos de los edificios anexos al viejo cine Esperanza temen que la estructura de hormigón y madera que sirvió de caparazón a la emblemática sala de proyecciones se venga abajo en cualquier momento. Esta preocupación ha sido trasladada al Ayuntamiento de Mieres, que en su momento ya instó a los propietarios del inmueble a solventar las deficiencias estructurales que presenta esta céntrica construcción. Los herederos del antiguo cine se limitaron a adecentar la fachada.

El edificio del clausurado cine Esperanza está totalmente agrietado por dentro y el agua de la lluvia se cuela en el interior por diferentes puntos. "La madera está totalmente podrida y la estructura se puede venir abajo en cualquier momento", explica Conchi Hernández, portavoz del grupo de vecinos que han alertado al Ayuntamiento de lo que está sucediendo en el interior del inmueble. "El agua se filtra por las paredes de los edificios anexos, provocando humedades en nuestras viviendas", apuntan los vecinos. Además, señalan que el tejado es de uralita y que se encuentra muy deteriorado: "Está resquebrajado, por lo que es muy probable que esté provocando contaminación por amianto", subraya Hernández.

Los vecinos pretenden que el Ayuntamiento obligue a los propietarios a rehabilitar el inmueble o bien a derruirlo. La administración local ya se vio en su momento obligada a trasladar varias solicitudes a los actuales propietarios del inmueble, que fuera durante décadas uno de los principales referentes culturales de la ciudad, debido a su alarmante estado de abandono. Tras obtener la pertinente licencia de obra, los titulares de la propiedad acometieron una actuación general de limpieza de todo el frente del edificio. Se retiraron cascotes y basura, además de eliminar las plantas que se habían extendido por toda la fachada, incluido un gran arbusto de varios metros de longitud que colgaba sobre el vial público tras haberse abierto paso a través de una grieta en la pared. El árbol ha vuelto a crecer, pero lo peor es que el edificio está totalmente vencido por dentro. "La grieta principal parece apuntar hacia la calle, por lo que cabría esperar que si cede la estructura e irá en esa dirección. Entonces vendrán las lamentaciones", apuntan los vecinos preocupados.

El Ayuntamiento elaboró en 2016 un informe técnico sobre el estado del popular edificio, sin uso desde 2002, atestiguando su avanzado estado de desgaste, pero descartando la necesidad de tuviera que ser derribado debido a su ruinoso estado. Y eso que el en sus tiempos macizo edificio de hormigón, presenta una grieta en su fachada de varios metros de longitud y perfectamente visible desde la calle Teodoro Cuesta, una de las que más tráfico soporta del casco urbano. Los vecinos de la zona aseguran que lo peor se esconde dentro de los muros del edificio.

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