La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El mejor bachiller del Valle levanta el vuelo hacia la Ingeniería Aeroespacial

Astur Agún: "Las Cuencas, más allá del nombre, ya no son mineras, hay que dar poder a la industria para evitar que mi generación emigre"

Astur Agún, premio extraordinario de Bachillerato. F. RODRÍGUEZ

Langreo, L. FERNÁNDEZ

"Voy a empezar ingeniería aeroespacial en la Universidad Politécnica de Madrid, ya estoy matriculado". Así de alto apunta Astur Agún Álvarez, el estudiante langreano que en septiembre partirá con el equipaje lleno de ilusión a realizar su sueño después de haber obtenido el premio extraordinario de Bachillerato con la segunda nota más alta del Principado.

A sus 17 años, Astur Agún sitúa sus planes profesionales "en la industria, en el mundo de la mecánica", pero conciliando su formación con "las ciencias sociales y el conocimiento humano en general". Aunque de momento se ve fuera de Asturias, le gustaría "poder vivir en España".

Con una media de 9,76 ha completado el bachiller este hijo único de un trabajador autónomo y de una empleada de una cadena de supermercados. Astur Agún alcanzó el premio extraordinario puntuando por encima del 9 en cada uno de los tres exámenes, y una nota global superior a los 27 puntos sobre 30. Asegura que se presentó sin hacer una preparación específica. "Aunque salí contento, lo conseguido fue una sorpresa para mí", añade.

El secreto de su método es el esfuerzo. Dependiendo de la época del curso, ha dedicado dos horas diarias a estudiar, aunque en la fase final y para la selectividad "llegaba a cuatro horas". Considera que una persona debe tener vida social, interesarse por la cultura y hacer deporte. Habitualmente sale con los amigos, ve cine, lee periódicos y revistas online, y practica ciclismo: "Competí con el Club Las Mestas, aunque no destacaba tanto, se trataba de disfrutar".

Confiesa que le han influído "más películas que libros" en su forma de pensar. Consume poca televisión porque no da "cosas que me interesen o me lleguen a agradar" y, sobre todo, porque encuentra "mucho más atractivo internet, que es, por así decirlo, como una biblioteca casi infinita".

"Mis asignaturas preferidas en el bachiller fueron las de ciencias técnicas y, sobre todo, matemáticas, aunque en el último curso me gustaron filosofía, historia y lengua. Todas me parecieron interesantes para mi formación y también para madurar como ciudadano". Astur Agún fue integrante del equipo del Instituto Jerónimo González de Sama que en 2015 llegó a la semifinal del concurso de robótica Firts Lego League.

De sus mejores recuerdos en el Colegio José Bernardo destaca las excursiones con diez años. Cuando durmió en el albergue del Cabo Peñas, "era como si estuviese descubriendo el mundo". No se olvida de la profesora de matemáticas que tuvo durante cinco años, "era muy buena", reconocimiento que hace extensivo, entre otros, a la del último curso y a los de Tecnología, Rosana y Daniel. "Esa gente te marca", dice.

Astur Agún siempre ha disfrutado de veranos relajados: "Nunca he suspendido una asignatura, ojalá siga así en la Universidad". En las evaluaciones no ha bajado de ocho. En algún examen puntual sacó un cinco o un seis, en Secundaria y en primero de Bachiller, en concreto en Artes Plásticas y Educación Física. Un problemón académico que para sí querrían legiones de padres. Reconoce que a principios de curso "Física me costó un poco" y que de primero a segundo notó "un cambio muy grande", solventado con más estudio y concentración. En cualquier caso, jamás se le atragantó una asignatura.

En su opinión, "urge aplicar otro enfoque al modelo productivo y a la actividad laboral en general", porque "las cuencas, más allá del nombre, ya no son mineras, el ciclo del carbón está agotado, de hecho se habla de cerrar la térmica". Ahora que están todos los pozos cerrados o quedan muy pocos abiertos, hace falta "una renovación en la zona, algo distinto para generar futuro, necesitamos dar poder a la industria en diversos campos si no queremos que la gente de mi generación emigre".

Los jóvenes que acceden a la Universidad, perciben algo lejana la amenaza del paro, pero "el temor existe, el problema está ahí". "No todos mis amigos estudian, los que intentan entrar en el mundo laboral se encuentran con dificultades", subraya.

A un mes de aterrizar en la Politécnica de Madrid, para hacer Ingeniería Aeroespacial, Astur Agún explica que "a partir de segundo tengo que elegir entre cinco especialidades y la que más me atrae es la Propulsión Mecánica, combinar la Ingeniería Mecánica con la Espacial". A la pregunta sobre si en su horizonte profesional atisba la NASA o la ESA, responde: "Eso es soñar muy en grande, es ir más allá de la ingeniería. De momento, tengo la vista en la industria aeronáutica, sin cerrar puertas, porque hasta acabar la carrera, mi visión puede cambiar ".

Del nombramiento de Pedro Duque como ministro considera "perfecto que sea alguien preparado y que conoce el mundo de la ciencia", pero "como político, no sé", añade. Interrogado sobre si se ve algún día en un Gobierno, Astur Agún sonríe: "La política me interesa, pero ahora no es lo que tengo pensado".

En cuanto al debate sobre lo que será determinante en la cuarta revolución industrial marcada por la convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas, Astur Agún advierte que "debemos conseguir que los grandes avances no se acaben volviendo contra nosotros y, para eso, antes de ir más allá, hay que asentar la bases y darnos cuenta de lo que hemos logrado sin perder nuestra humanidad".

"De las 525 admisiones en primero de Ingeniería Aeroespacial, algo más de 100 corresponden a mujeres. De gente de Asturias que vayan a empezar no conozco a nadie", dice del paisaje humano que se encontrará en la Politécnica. De momento aguarda con "mucha ilusión" la etapa universitaria, convencido de que "va a ser un cambio considerable" en su vida.

Compartir el artículo

stats