Los actuales dirigentes de la Federación Socialista Asturiana (FSA) fueron uno de los principales apoyos para que Pedro Sánchez alcanzase la secretaría general del PSOE en España. Pero en cuestión de minería, FSA y el nuevo Gobierno del país no van de la mano. Frente a la propuesta presentada ayer por el Ejecutivo a los sindicatos mineros, en la que se pretendían cerrar ya todas las minas, y en la que las únicas compensaciones eran las prejubilaciones, bajas incentivadas y unos planes de reconversión "inconcretos y sin contenido", la FSA demanda "un espacio de futuro para el sector minero autóctono".

Desde el PSOE regional se subrayó que el encuentro entre sindicatos y Gobierno era "una primera reunión. Nuestro deseo y exigencia es que, a medida que avance la negociación, ésta vaya dando sus frutos, en consonancia con las reivindicaciones planteadas por las organizaciones sindicales". Es decir, en materia de carbón, la FSA va con los sindicatos, con el mantenimiento de la industria, y choca con el Ministerio de Transición Ecológica, una de las grandes apuestas de Sánchez, un departamento que por el momento no ha movido ficha, y que plantea el cierre de todas las minas de Asturias a 31 de diciembre de este año.

Los socialistas asturianos mantienen que su posición "es hoy la misma que la ya manifestada públicamente hace meses". Según el PSOE, la negociación de los sindicatos y el Gobierno parte de "un marco complejo, como es el incumplimiento sistemático del Plan Minero anterior (2013-2018), que no garantizó el hueco térmico" para que el carbón nacional se utilizase en la generación de energía, "lo que ha llevado a las empresas mineras a una situación crítica y al Plan de Cierre presentado a la Unión Europea por el Gobierno de Mariano Rajoy".

Más allá de los reproches al PP, en cuyo mandato se anularon los fondos mineros, se siguieron cerrando pozos y no se invirtió ni un euro de los 250 millones destinados en el periodo 2013-2018 para infraestructuras, y se invirtió mucho menos de lo presupuestado para reactivación económica, los socialistas también tuvieron palabras críticas con el Gobierno de su mismo color político. "Creemos que hay un espacio de futuro para el sector minero autóctono", apuntaron fuentes de la Federación Socialista Asturiana. El partido reivindica que la negociación abierta es "exclusivamente política". Los sindicatos han denunciado precisamente que a las dos reuniones sobre minería mantenidas hasta ahora sólo han acudido técnicos y asesores, y que no ha habido representación directa del Gobierno. Ni el secretario de estado de Energía, José Domínguez Abascal, ni mucho menos la ministra, Teresa Ribera, han acudido a los encuentros, pese a la petición formal por parte de UGT y CC OO.

Una de las principales reivindicaciones de los socialistas asturianos es que "aquellas empresas que alcancen la competitividad a 31 de diciembre de 2018 no tengan que devolver las ayudas recibidas de golpe", lo que las condenaría a un cierre inminente. "Debería ser una devolución pautada, en plazos razonables y asumibles, que permitan que puedan continuar su actividad", manteniendo el empleo. "La FSA", concluyeron desde la dirección del PSOE asturiano, "no queremos distraer la atención de lo verdaderamente importante para Asturias y las cuencas mineras, que es que la negociación se desarrolle y se lleguen a alcanzar los tan necesarios acuerdos entre el Gobierno y las organizaciones sindicales". En todo caso, "la FSA quiere volver a mostrar que su compromiso, hoy y siempre, es con los intereses de Asturias".

Una postura similar a la mantenida desde el partido fue la que se visualizó ayer en la Junta General. El diputado socialista Marcelino Marcos, exalcalde de Tineo, subrayó que "garantizar ayudas sociales en estos territorios no garantiza ni el mantenimiento del sector ni una alternativa a las comarcas mineras". Marcos, en el marco del debate parlamentario, también advirtió a los demás grupos que no buscasen contradicciones en el PSOE asturiano, porque tienen "muy claro" cómo debe realizarse la transición energética.