Llega el invierno y la carretera de San Isidro (AS-253), principal acceso desde Asturias a las estaciones de Fuentes de Invierno (Aller) y San Isidro (León), presenta "graves deficiencias". Conductores, hosteleros y vecinos de la zona han demandado ya en varias ocasiones una actuación para garantizar la seguridad. Actualmente, hay vayas caídas y desprendimientos sobre las cunetas. Temen que la situación vaya a peor y que se produzca otro accidente como el que, en la anterior temporada, terminó con la vida de un montañero gijonés.

Ese accidente ocurrió cerca de Cuevas. Una piedra se desprendió e impactó contra la luna del coche, resultando fallecido el conductor por el impacto. Actualmente, en las inmediaciones de Laspra, hay una roca de varias toneladas de peso que se desprendió del talud el pasado mes de mayo. Está ocupando parte del carril y, según los vecinos, nunca la intentaron retirar. "La única solución que se ha buscado para este punto fue colocar unas señales que regulan el tráfico", aseguraron. Lamentan que ni siquiera se hayan colocado paneles reflectantes que permitan su visibilidad aún con mal tiempo.

Los problemas de la carretera no terminan ahí. En varios puntos de la calzada se ha desprendido, o está muy deteriorada, la valla metálica perimetral. De hecho, en algunas zonas se ha sustituido este sistema de contención por la instalación de módulos huecos de plástico. "Tienen una nula eficacia", afirmaron los vecinos, para añadir que "los conductores están totalmente desprotegidos porque ni siquiera hay elementos que definan el ancho de la calzada".

Tampoco se ha hecho nada, añadieron, "para encararse con los aludes de cara a este próximo invierno". Y esto a pesar de que hay zonas de muy alto riesgo, como la del mirador de Zuvillaga. Este punto es muy frecuentado por turistas, parada casi obligatoria para hacer fotos durante el recorrido por el puerto. Además, carece de protección desde que las nevadas del año pasado se llevaron el cierre de madera que lo adornaba.