Poco une al feminismo con la Iglesia. Pero si hay un nombre capaz de unirlos, ese es Juan José Tamayo. Teólogo feminista, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid y director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones "Ignacio Ellacuría". El experto acudió ayer al Cidan de Pola de Laviana, en la celebración del XV Foro de Asociaciones de Mujeres "Valle del Nalón" bajo el epígrafe "religión y género", para ofrecer la charla central del programa. Dio su punto de vista, rotundo como siempre: "El patriarcado religioso legitima el patriarcado social y político", afirmó. Y destacó que, entre los ocho "verbos" que promulga la iglesia y que dañan a la mujer está el de "perdonar". "Perdonar un comportamiento violento permite que permanezca el maltrato", aseguró.

Sus estudios en feminismo y religión son de sobra conocidos. De hecho, es el autor del libro "Religión, género y violencia". Tras una investigación exhaustiva, en 2003, el Vaticano condenó su actitud. Pero él siguió apostando por sus valores: "Si Dios es varón, el varón es Dios. Es uno de los mensajes que lanza la Iglesia y que legitima algunos comportamientos, no sólo religiosos sino también políticos y sociales", afirmó. En este punto hizo alusión a los "ocho verbos", que incluyen "obedecer", "perdonar" y "cuidar". Y fue más allá: "El Papa Francisco aún no se ha reunido, en ningún momento, con colectivos ni representantes feministas. Sí lo ha hecho en varias ocasiones con movimientos sociales, lo que es encomiable, pero encontramos una vez más una falta de atención a las mujeres por parte de la Iglesia".

Enemigos de la igualdad que dan la cara, y otros que permanecen ocultos. Clari Pérez es la presidenta de la Asociación mujeres por la igualdad de Barredos -organizadora del encuentro, junto a Asociación "El Alba" de Lada-. Señaló que "está claro que la Iglesia ha interferido y aún interfiere en la vida de la mujer". Y, aunque reconoció un avance en la lucha feminista, llamó la atención sobre "el incremento de la violencia entre los jóvenes". A veces, reconoció, "resulta frustrante. Es como si tejieras un tapiz de día y te lo deshicieran de noche".

Para eso están las asociaciones que organizaron el acto, peleando desde hace más de quince años por la igualdad en el valle del Nalón. El encuentro reunió a más de cien mujeres, que aplaudieron con ganas a los ponentes y alargaron el debate hasta primera hora de la tarde. Las organizadoras quedaron contentas con la acogida, y no es para menos. A la salida del Cidan, dos mujeres mayores cogidas del brazo comentaban la charla del teólogo: "Pues me dirás tú, por qué va a ser seguro un dios pudiendo ser también una diosa".