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Los desencuentros laborales en los ayuntamientos

Los conflictos en la Policía no se detienen

La última polémica con los agentes municipales de Aller se suma a las de Lena, Mieres y Langreo, en las que hubo pleitos y agentes expedientados

Un agente de la Policía Local de Mieres. J. R. SILVEIRA

Mieres / Langreo,

Carmen M. BASTEIRO

Si hay un colectivo con el que se han generado conflictos en los ayuntamientos de las Cuencas, especialmente durante estos años de crisis económica, es el de la Policía Local. Hace sólo unos días que el alcalde de Aller, David Moreno, lanzó la última polémica: "Algunos agentes quieren reventar el servicio". Y lo hacen, según dijo, llamando dos horas antes de su turno "avisando de que están enfermos y dejando a la Jefatura sin la posibilidad de buscar alternativas". A esto se suma que cuatro compañeros están de baja. ¿Hay un virus de "moscosos" (días libres de libre disposición)? Un nuevo encontronazo en un historial de relaciones tensas, marcado por "ausencias", negociaciones acaloradas e, incluso, algún sabotaje.

Como ocurrió en Mieres, ya durante el anterior mandato. Con Izquierda Unida al frente, Policía Local y gobierno municipal mantenían un tenso pulso por la rebaja salarial. Hubo un cruce de declaraciones públicas e, incluso, una protesta de "bolígrafos caídos" desde abril hasta diciembre de 2012. Pero si hubo un episodio polémico, aunque sin culpas oficiales, fue el sabotaje a un vehículo policial. En concreto, el del coche que Policía de Mieres utilizaba para los controles de alcoholemia (cedido por la Dirección General de Tráfico). Apareció con el depósito lleno de azúcar. Aníbal Vázquez, ya entonces alcalde de Mieres, explicó públicamente la situación. No culpó a nadie, pero puso los hechos sobre la mesa: "El depósito no se forzó, por lo que la manipulación se produjo utilizando las llaves del coche. Unas llaves que están siempre depositadas en el llavero de la sede de la Policía Local. Y que quedo ahí, no digo más", sentenció.

A buen entendedor? En el concejo de Lena también surgieron conflictos. Uno de ellos relacionado con el cuarto de descanso de los agentes, que puso una televisión y un sofá en jaque. Pero el mayor "encontronazo" terminó en los juzgados. Un sindicato demandó a la Jefa de Policía y a un guarda rural por presunta usurpación de funciones. Aseguraban que el guarda se hacía pasar por agente del cuerpo municipal, finalmente el Juzgado dio carpetazo al asunto: la responsable del servicio y el agente resultaron absueltos.

En Langreo, el mayor conflicto se solucionó "en casa". Fue muy parecido al que ahora ocupa al concejo de Aller: tres agentes no acudieron a trabajar la noche de Navidad ni en Nochevieja. Esta petición masiva del día libre, dejó al servicio con un único agente. Ocurrió hace dos años. El alcalde, Jesús Sánchez (IU), fue rotundo en las declaraciones: "A nuestro entender, esta es una operación concertada para suspender un servicio básico, imprescindible y muy importante para los vecinos", aseguró. También rotundos en las acciones: los tres agentes terminaron con un expediente por su comportamiento.

En Aller, de momento, nadie habla de las posibles consecuencias. La oposición no ha apoyado al regidor a pesar de que, tal y como señaló el Alcalde, "los vecinos son los más perjudicados por esta forma de actuar". Tan perjudicados que ya se ha tenido que suspender en una jornada el turno de tarde.

Tampoco acudieron los agentes que tenían encomendado el control durante la feria de Nevaria. Quedó en manos del personal de Protección Civil, con el respaldo en caso de ser necesario de las patrullas de Guardia Civil asignadas al concejo.

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