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El gobierno local se enfrenta desde hace meses al creciente malestar del movimiento vecinal

El incremento de los recibos del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) está abriendo una profunda fisura en las relaciones entre el movimiento vecinal de Mieres y el gobierno de Aníbal Vázquez (IU). La Agrupación Vecinal de Mieres, colectivo que engloba a más de 50 asociaciones, acusó recientemente al Alcalde de "escudarse" en el Catastro para no asumir "sus propias responsabilidades". Para este amplio colectivo es "insuficiente" que el Ayuntamiento pretenda solicitar a la gerencia territorial una revalorización de la actualización catastral que se abordó en 2014 y que, según recoge un informe de la agrupación vecinal, incurrió en graves errores que a la larga han provocado subidas de la llamada contribución que hasta quintuplican los pagos anteriores. El primer reproche apunta que el gobierno local debería haber supervisado personalmente el procedimiento. Pero hay muchas más quejas.

El aumento del recibo del IBI ha desencadenado una tormenta que en su momento el Ayuntamiento evitó cuando, en 2013, procedió a revisar al alta casi toda la tributación municipal. Entonces el consistorio estaba casi en bancarrota y el movimiento asociativo se mostró indulgente. La Agrupación Vecinal ha realizado un estudio en el que se estima que el actual proceso de revisión catastral concluirá en 2022 con subidas que, en muchos casos, conllevarán quintuplicar la cuantía de los recibos de la conocida popularmente como "contribución".

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