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Los efectos de la pérdida poblacional en la escuela: 462 alumnos menos en un lustro

El número de matrículas en la comarca del Caudal cayó en 250, que se suman a los 212 estudiantes que se perdieron en el valle del Nalón desde 2012

El colegio de Santullano, cerrado desde hace un lustro, en mal estado de conservación. J. R. SILVEIRA

La pérdida de población en las Cuencas deja pupitres vacíos. Las comarcas del Nalón y el Caudal perdieron, en un lustro, 462 alumnos. Son las cifras que refleja el estudio de la Estadística de la Enseñanza, publicado por la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei). Y hay más: desde 2013, han cerrado sus puertas seis colegios en las Cuencas.

La comarca del Caudal es la peor parada en este balance. Entre las matrículas formalizadas en 2012-2013 y 2017-2018, hay una diferencia de 250 estudiantes. La caída más acusada es en el ciclo de Infantil: de 1.374 a 1.120 estudiantes matriculados para iniciar su escolarización. En Primaria, la diferencia es a favor del año 2017: 2.329 estudiantes matriculados, frente a los 2.325 que había en 2012.

La caída en la comarca del Nalón fue de 212 alumnos. Dentro del balance total, la pérdida más acentuada es también en Educación Infantil: de 1.965 a 1.666 alumnos. En Primaria, como ocurre en los datos de la comarca del Caudal, las matrículas también son más altas en el año 2017: 3.218 frente a los 3.131 escolares que se registraban en 2012.

La pérdida de alumnos se traduce en el cierre de centros, especialmente en la zona rural. Desde 2011, en la comarca del Caudal, han cesado la actividad ya cuatro colegios. El primero en anunciar el cierre fue el de Vega del Ciegu (Lena): la razón, no podía ser otra, falta de matrículas. El gobierno local hizo lo posible por mantener en el aulario a los escolares, que finalmente fueron reagrupados en el colegio de Campomanes (cabecera del CRA Lena).

Poco duró la tranquilidad en el municipio. Dos años después, también en Lena, cerró sus puertas un colegio histórico (esta vez, concertado): el de la Sagrada Familia. Todos los alumnos se trasladaron al centro de El Pilar, que conservó el nombre compuesto (Sagrada Familia-El Pilar) por su historia conjunta. En los últimos años de actividad, los estudiantes estuvieron distribuidos entre los dos colegios y habían compartido dirección en algunos ciclos educativos. Ese mismo verano se anunció el cese de actividad en el aulario de Pajares.

La zona rural de Aller también ha visto desaparecer, poco a poco, sus aularios. Ocurrió con los centros de Pelúgano y Casomera, que anunciaron el cierre en el verano de 2012. Otra vez, el mismo motivo. Las matrículas formalizadas no alcanzaban la ratio establecida por la Consejería de Educación. El año pasado, ocurrió lo mismo en Santibáñez de la Fuente. De hecho, las familias mantuvieron un conflicto con la Consejería de Educación por el pago del transporte hasta Collanzo (cabecera del CRA del Alto Aller).

En Mieres, en el año 2013, la Consejería de Educación del Principado anunció el cierre del colegio de Santullano. En esta ocasión, aunque por poco, el centro sí cumplía con la ratio de matrículas. Según los responsables regionales, la clausura del colegio estaba relacionada con el alto ausentismo escolar. Todos los escolares fueron trasladados al colegio Llerón-Clarín de Mieres.

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