"Las empresas que controlan las redes sociales tienen muy poco interés en lo social: son otros sus objetivos", afirmó el periodista Pedro Menéndez de Castro en la charla titulada "Taller de dietética digital", organizada por la Asociación Cultural "Camín de Mieres". El acto contó con la colaboración del Ayuntamiento de Mieres y el Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas, y fue presentado por Borja Menéndez, miembro de la asociación organizadora.

Menéndez de Castro forma parte de un equipo de investigación de la Facultad de Comunicación de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid capitaneado por el catedrático Victor Sampedro, autor del libro "Dietética digital para adelgazar al gran hermano", obra que ha servido de base para el estudio de los actuales hábitos digitales sobre los que se realiza un análisis para, finalmente, proponer soluciones.

"Se trata de un proyecto abierto, dirigido principalmente a la juventud, cuyos resultados pretendemos acercar a la población", manifestó el ponente, que considera necesario "desmontar el relato democratizador y popularizador tanto de los 'realities' televisivos como de las redes sociales". "Los 'reality shows' demostraron tener muy poco de realidad, como las redes sociales son escasamente sociales", señaló Menéndez, que alerta sobre la tendencia general de los usuarios de redes sociales a la "autopropaganda" cuando, realmente, "nos convertimos en trabajadores sin sueldo de unas empresas que utilizan nuestros datos para su beneficio". "Lo que estamos regalando, nuestra privacidad e intimidad, no es gratis", remarcó.

Esta situación, según los resultados del estudio, desemboca en la denominada "pseudocracia", soportada y alimentada entre todos y en la que se mezclan verdades, mentiras, posverdades y "fakes", en un entorno, el ciberespacio, colonizado por "celebrities" y "trolls" con el único propósito de captar la atención. "La indignación es el sentimiento que más actividad genera en las redes", declaró Menéndez de Castro, que añadió que "mientras que el dinero se obtenga a base de recolectar los datos personales y llamar la atención, y las redes funcionen con unos algoritmos que no diferencian la verdad de la mentira, nada cambiará".

Ante este panorama, la investigación plantea cómo reaccionar, algo que pasa por retomar el control de nuestra actividad en internet. "Hace falta preguntarse si queremos ser ciudadanos o clientes", señaló el ponente, que considera que las actuales estrategias pedagógicas de tratamiento de las dependencias de la tecnología y de alarma sobre sus riesgos habrían de complementarse con el fomento de la iniciativa personal, por ejemplo, estableciendo un paralelismo entre las redes sociales y la comida rápida, de modo que el individuo, consciente de los beneficios y perjuicios, haga uso de su "soberanía digital" para decidir libremente qué productos tecnológicos desea consumir. "Las tecnologías se anuncian como neutrales pero tienen un componente político evidente", expuso el investigador.

Las reglas básicas de la "dietética" digital comienzan por el autocontrol y el uso limitado, reinterpretar la tecnología como un medio y no un fin y, también, buscar la superación de la brecha de conocimiento y aprender más en profundidad el complejo mundo digital. "¿Por qué no existen redes sociales públicas como sí ocurre con la televisión?", se preguntó Menéndez, preocupado por la preponderancia del elemento comercial. "Se ha de primar la sociabilidad sobre la economía y orientar la utilización de los datos personales para el bien común", finalizó.