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La escuela se convierte en una casa

El colegio de La Pereda (Mieres) habilita una vivienda que los alumnos han tenido que diseñar, decorar y mantener, para fomentar la igualdad

Los pequeños cuelgan la ropa en el tendal que se habilitó en el colegio. J. R. SILVEIRA

El colegio público de La Pereda llegó a tener en su máximo apogeo más de trescientos alumnos. Sin embargo, con el paso del tiempo, este número se ha reducido a algo más de una veintena de estudiantes. Pues bien, la comunidad educativa ha decidido sacar ventaja de esta situación y desarrollar un proyecto formativo casi individualizado donde los pequeños se desarrollan, en muchas ocasiones, por delante de los contenidos que tendrían que tener en el curso en el que se encuentran. Además, y con la imaginación al poder, desarrollan proyectos con los que consiguen enganchar a los pequeños. El último, habilitar una vivienda en el interior del edificio que tiene el objetivo de fomentar la igualdad. Los niños se han vinculado con el proyecto desde su origen. Primero diseñando la casa, después decorándola y, en la actualidad, manteniéndola como si fuera su propio hogar.

La reducción en el número de alumnos hizo que el colegio contase con un montón de espacio con el que antiguamente no contaban. De hecho la creación de una vivienda es un paso más dentro de las iniciativas desarrolladas en este centro, donde también se ha habilitado un supermercado, una cocina a dos alturas, un estudio de radio y una sala de diseño en 3D, por citar sólo algunas de sus estancias. "Muchos de estos niños sólo ven cosas cuando sus padres los llevan al centro comercial los domingos, el resto del tiempo están en el colegio o en su casa, así que quisimos que vieran un poco lo que el mundo les ofrece", destacó Macu Argüelles, directora del centro. Además, gracias a estas estancias se forman en asignaturas casi sin darse cuenta, como las matemáticas, que dan en el supermercado, o la geometría que tuvieron que aprender para diseñar la casa.

El proyecto de la vivienda se enmarca en una iniciativa mucho más grande, denominada "Igualarte", que tiene como objetivo fomentar la igualdad entre hombres y mujeres desde edades tempranas.

Lo primero que hicieron fue un museo, que se inaugurará a final de curso, donde los pequeños trabajaron con diferentes autores. Entre ellos, Sorolla. "En el caso de Sorolla veíamos que los roles estaban muy marcados, estaban por ejemplo, las pescaderas, que eran siempre mujeres, así que intentamos cambiar estos cuadros y meter tanto a hombres como mujeres haciendo las mismas labores", destacó Argüelles. Pero la cosa no se quedó ahí y al final decidieron montar la casa de la igualdad. En ella, una vez construida, se inculca en los pequeños que las labores de la casa tienen que ser compartidas, y así lo tienen asignado. De este modo, se ocupan de hacer la cama, limpiar o tender la ropa, independientemente del sexo. Y los pequeños parece que lo van asimilando: "Tenemos que hacer las labores entre todos, pero también en nuestras casas", aseguraba el pequeño Diego, mientras sus compañeros asentían.

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