Los Reyes Mayos no llegaron este año a las Cuencas arropados por un simple séquito. Lo hicieron al frente de un populoso ejército, que aún siendo pacífico, logró que Mieres y Langreo, al igual que muchas otras localidades del territorio, se rindieran al paso de sus Majestades de Oriente. Las cabalgatas encendieron la ilusión en vísperas de la noche más mágica del año.

Antes de adentrarse en Asturias los Reyes Magos hicieron una parada en las estaciones invernales de Fuentes de Invierno y Pajares. Tras visitar a los niños de Aller y Lena, la comitiva puso rumbo a Mieres. Melchor, Gaspar y Baltasar fueron escoltados por medio centenar de pajes, soldados, pastores. malabaristas... Miles de personas siguieron la cabalgata, a lo largo de todo el recorrido que se realizó por el centro de la ciudad. En la calle Manuel Llaneza la fuerza que cogió el desfile fue arrolladora.