No todo el mundo puede acudir a la farmacia durante el horario de apertura, lo que implica muchas veces pedir favores para conseguir medicamentos. Pero eso ya tiene solución en una farmacia de Mieres, la que regenta Dolores Grela, en el barrio de Santa Marina, donde tiene instalado desde hace unos meses una especie de cajero de medicamentos al que los clientes acceden con un código personal en cualquier momento del día. La iniciativa, pionera en el sector farmacéutico, fue desarrollada por la firma mierense Eureka, que ya tiene experiencia en la instalación de taquillas inteligentes en hospitales, pero también en empresas mineras y de aeronáutica.
El sistema recuerda, en parte, a los expendedores que tienen establecidos Correos y Amazon para recoger pedidos en todo el país, pero a diferencia de ellos, este cajero no precisa de acceso a internet ni tampoco de luz eléctrica. Ramón Menéndez, director comercial de la firma mierense, explica que "no precisa electricidad porque tiene una pila que dura cuatro años, es lo único que necesita". El objetivo es "conseguir la mayor simplicidad, por eso sólo se necesita un código de cuatro números que el cliente recibe en su móvil para abrir la taquilla". Además, también se ha desarrollado una aplicación móvil para poder solicitar los medicamentos que, en el futuro, también contará con una pasarela de pagos.
La farmacéutica asegura estar "encantada" con el sistema, que sobre todo se está utilizando mucho más desde que comenzó la crisis del coronavirus. "Somos una farmacia de barrio y no queremos hacer jornadas de 24 horas o de 365 días, sino tener la jornada laboral de siempre, pero tampoco quiero dejar desatendidos a los clientes", destaca Grela, señalando que la farmacia "es la que tiene que custodiar siempre el medicamento".
La versatilidad de este sistema hace que también la utilicen como el dispensador de medicamentos cuando están abiertas "porque permite que metamos el datáfono para pagar con tarjeta y, mientras tanto, quedan otras casillas libres para que el cliente pueda recoger el medicamento cuando lo necesite".
Para poder utilizar este novedoso servicio, la farmacia precisa del consentimiento del cliente para tener acceso a sus datos sanitarios y gracias a la receta electrónica, toda la entrega de los medicamentos se hace mucho más sencilla. Por su parte, Dolores Grela reivindica que "las farmacias se pueden aprovechar mucho más, sobre todo en momentos como los que vivimos, ya que somos y trabajamos como sanitarios, lo principal es atender en salud". Por ello, considera que "debería haber mayor comunicación entre farmacias y centros de salud, que al final redundaría, sobre todo, en los enfermos, la salud es un equipo multidisciplinar donde estamos también los farmacéuticos".
Dolores Grela lleva vinculada al sector farmacéutico desde pequeña, ya que su madre regentaba la farmacia que regenta ahora. Antes de volver a la farmacia, esta mujer también trabajó en otros sectores, como el medio ambiente, la óptica o la ortopedia, "que me ha servido para tener más ambición sobre la farmacia". En 2018, tomaron las riendas del establecimiento ella y su hermano, "y fue cuando decidí hacer reformas en la farmacia y cambiar el chip para ofrecer más servicios, trabajamos en una zona envejecida, hay que dar una atención más personal y también sigo haciendo fórmulas magistrales, es algo que no quiero dejar de elaborar nunca".
La firma Eureka ha instalado estanterías inteligentes en hospitales como Cabueñes y el de Medina del Campo, además de máquinas donde los mineros de explotaciones de Sudamérica podían recoger sus autorrescatadores garantizando en todo momento las medidas de seguridad. La compañía está inmersa en el desarrollo y diseño de sistemas para lo que denominan "industria 4.0" con equipos para minería e industria en general. Así, ya exportan a Chile, Perú y Ecuador, estando presentes en minas tan singulares como la explotación chilena "El teniente", que es la mayor mina subterránea de cobre del mundo.
