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El oso se acerca a Oviedo: confirmada la presencia de una familia en el Aramo

Los vecinos aseguran que se han avistado y hallado huellas de una hembra con dos crías, "si tuvieran buena vista podrían ver la capital"

El oso se acerca a Oviedo: confirmada la presencia de una familia en el Aramo

Cada vez más cerca de Oviedo. Ganaderos y vecinos de Morcín han avistado a una familia de osos -una hembra con dos crías- por el monte Aramo. Y han dejado rastro: acaban de aparecer unas huellas en El Mostayal, a menos de tres kilómetros de la localidad de La Vara. Satisfacción por la recuperación de la especie, preocupación para el sector primario. Un productor de la zona asegura que su ganadería sufrió un ataque de un oso, con el resultado de cuatro cabras muertas. La Guardería del Principado lo ha reconocido como daño del lobo.

Las buenas noticias siempre primero. Parece que la expansión del oso no cesa y que ya se ha asentado en El Aramo. Hace algo más de un año, un senderista encontró dos huellas de plantígrado en el monte morciniego. Eran varios rastros, unos más grandes y otros más pequeños: los de la mamá osa con los oseznos. "Si tuvieran buena vista, ya podrían ver Oviedo", aseguraron entonces desde la Fundación Oso Pardo.

Lo hicieron con cierta prudencia, ya que era la primera vez que se constataba su presencia en el monte Aramo -en el que limita Morcín y Oviedo-. Lo que la pasada primavera era algo sorprendente, ahora es habitual: "La osa y sus crías han sido vistas en varias ocasiones. Los ganaderos nos han asegurado que hay avistamientos por la zona de La Mostayal, también en los altos de la localidad de Pedroveya (Quirós). "Los osos ya están aquí para quedarse. Nos satisface mucho esta noticia, pero también queremos que se tomen las medidas necesarias para que no surjan problemas entre el oso y los productores del sector primario. Aún estamos a tiempo de frenar una polémica como la del lobo", afirmaron desde la Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu (AGALL) en la comarca del Caudal.

Los primeros "roces" han surgido ya. Concretamente, en Morcín. Un ganadero denunció la muerte de tres cabras por el ataque de un oso. Aseguraba que se trataba de un plantígrado "por la forma en la que aparecieron comidas". No estaban mordidas, como ocurre con el lobo, sino con desgarros que coincidían -a juicio del ganadero- con las garras de un oso. También asegura que el lobo es un depredador que come incluso saciado y que, probablemente, sus cabras hubieran desaparecido por completo si se tratara de un ataque de cánidos salvajes.

La Guardería del Principado no lo vio así. "Se ha confirmado el daño, pero como un ataque de lobo, aún con pruebas de que el oso está cerca. No damos lecciones a nadie, los expertos saben diferenciar a la perfección el animal salvaje que ha atacado a una ganadería", sentenciaron desde AGALL. Desde la entidad consideran que, detrás de este informe de la Guardería, está el afán de "ahorrar dinero sin tener en cuenta el difícil momento que está atravesando el sector de la ganadería".

Un momento que solo puede mejorar, según AGALL, con el compromiso firme de la Administración regional. En primer lugar, reclaman controles de población para el lobo: "Hay varias manadas en los montes de la comarca del Caudal y cada vez se aproximan más a las poblaciones. Se han acercado mucho en las últimas semanas, debido al confinamiento de los vecinos". Para el oso reclaman medidas de protección, como especie amenazada, pero avisan de que los ganaderos también están al borde de la extinción. Y solo puede salvarlos "una política justa para el pago de daños".

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