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Incuna reclama un estudio de la térmica para ver qué partes pueden conservarse

La asociación de arqueología industrial entiende que, a falta de ese informe, la planta de Lada no tiene un "notable valor" patrimonial

Instalaciones de la central térmica de Lada. FERNANDO RODRÍGUEZ

Los expertos consideran que es preciso contar con un estudio patrimonial de las instalaciones de la térmica de Lada para valorar si es necesario conservar alguno de sus elementos antes de que la planta sea demolida. No obstante, a falta de ese informe que pudiera aportar más datos, desde la Asociación de Arqueología Industrial Incuna consideran que el recinto no tiene "un notable valor" desde el punto de vista patrimonial. La instalación termoeléctrica sí cuenta con una chimenea de 175 metros, una de las estructuras más altas de Asturias, y con algunas edificaciones de la primitiva Lada I.

El geógrafo y vicepresidente de Incuna, Faustino Suárez Antuña, esgrimió que "apenas hay información sobre los elementos de la térmica de Lada, al contrario de lo que sucede con otras plantas como las de Aboño o Soto de Ribera de las que sí hay monografías. En parte esto se debe a las escasas facilidades que ha dado Iberdrola para acceder a sus recintos y poder recabar esos datos".

Por todo ello, Suárez Antuña entiende que sería necesario disponer de un estudio patrimonial que aportara luz sobre qué elementos convendría conservar. Sin ese informe sobre la mesa, con los datos que se tienen en la actualidad, el experto no cree que haya elementos de especial relevancia en la instalación. "No tiene un valor notable", apostilló. Sí remarcó Suárez Antuña las posibilidades que se abren desde el punto de vista urbanístico. "Es una oportunidad histórica para crear ciudad en el centro de Langreo", señaló.

La central térmica de Lada se construyó a mediados del siglo pasado, cuando el régimen franquista, en plena autarquía, decidió impulsar la construcción de una planta en la cuenca del Nalón para aprovechar la producción de carbón de la zona y consolidar el abastecimiento energético. La Compañía Eléctrica de Langreo lideró el proyecto. Las obras se iniciaron en 1946 y concluyeron tres años después. Al primer grupo de generación eléctrica le seguiría dos años después otro con la misma potencia de generación, de 25 megavatios.

En 1967, entró en servicio Lada III, con 150 megavatios. A finales de 1979 Langreo registró los índices de contaminación más altos de España, lo que motivó que las autoridades instaran a la Compañía Eléctrica de Langreo a reducir a un 50 por ciento la actividad de Lada II y III. En 1981, se activó el cuarto grupo de producción (el único que ha permanecido en servicio), de 355 megavatios, y en ese mismo año la central pasó a manos de Hidroeléctrica Española, posteriormente Iberdrola.

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