Paso definitivo para la "descontaminación" de la mina de La Soterraña, en Lena. La antigua explotación lleva más de treinta años cerrada, pero aún guarda en sus entrañas restos de mercurio y arsénico. Hace ya tres años que se presentó el proyecto europeo "Subproducts 4LIFE", que consistirá en una "fijación" de los contaminantes para evitar su propagación por el valle de Muñón -donde se ubica la explotación-. El trabajo de campo sufrió un retraso en los últimos meses, por la crisis sanitaria del covid-19, pero ya está listo para recibir los "subproductos" que limpiarán el suelo: un total de 20.000 toneladas de escombros y cenizas para tratar los contaminantes.
Estefanía Díaz es la directora técnica del proyecto, en el que participan la Universidad de Oviedo y la empresa Global Service. También colaboran el Principado y el Ayuntamiento de Lena. Cuenta con una financiación de 1,4 millones de euros, de los que el 60 por ciento están financiados desde la Unión Europea. Se trata de una "descontaminación", así entre comillas, porque no se retirarán los elementos contaminantes. Esas 20.000 toneladas de escoria y cenizas servirán para "fijar" al suelo los contaminantes y evitar que se propaguen o pasen al agua de escorrentía.
Y la primera fase ya ha terminado. Según explicó Estefanía Díaz, se han ejecutado ya los trabajos previos para la recepción de los subproductos. Según explicó, "se ha ejecutado la permeabilización, la ejecución de cunetas, entre otras obras. Estamos esperando a que el Principado dé el visto bueno para iniciar la recepción de los subproductos".
Un visto bueno muy esperado por el concejo de Lena, especialmente por los vecinos del valle de Muñón. Esta actuación es pionera en Europa y ha dado buenos resultados en el laboratorio. También se harán pruebas en la mina de La Terronal, en Mieres. Si el plan resulta según lo previsto, se replicará en otras zonas de Europa con minas clausuradas que guardan en sus entrañas contaminantes. Por la mina de La Soterraña pasaron centenares de trabajadores. Algunos murieron en el tajo, por la directa exposición a los contaminantes. Otros quedaron con secuelas para todo la vida.
