Miguel Fernández Iglesias (Oviedo, 17 de septiembre de 1952) es alcalde de Caso desde 2017, cuando sustituyó a Tomás Cueria. El año pasado sus vecinos recompensaron su labor, su cercanía, con una "inesperada" mayoría absoluta en las urnas. Fernández es hijo de un panadero ovetense que se mudó a Tanes con su familia porque el hermano del alcalde sufría asma y el clima casín era más favorable. Miguel Fernández tenía entonces 7 años. Vivió en Laviana y tras su jubilación de Hunosa volvió a su pueblo. Formó la agrupación de Protección Civil del Alto Nalón hace más de 25 años y fue concejal de Obras en Laviana de 2007 a 2011. Es secretario general del PSOE de Caso y edil en el concejo desde 2015. La pandemia y sus consecuencias sociales le tienen muy preocupado.
-Este año vamos a tener que librarlo como podamos, pero me preocupa también el próximo. Por la cuestión sanitaria y por la economía, estamos teniendo menos ingresos y más gastos. Los responsables sanitarios de Asturias pienso que lo están haciendo bien, pero nos enfrentamos a algo desconocido. Y a la parte económica también le tengo miedo. Ojalá haya pronto una vacuna.
-Siendo los dos pilares de la economía casina el turismo y la ganadería, ¿cómo los ve ahora, tras el desconfinamiento?
-En el turismo estamos teniendo buena cifra de visitas, estamos teniendo bastantes turistas, en julio no hubo nunca tanta gente por el concejo. Los establecimientos hicieron y están haciendo un esfuerzo importante, y este mes de agosto se presenta bien, hasta nos desborda en algunos aspectos. Los ganaderos pienso que a medio plazo van a quedar algo tocados. Los precios de la carne, que aquí es lo que afecta, están siendo irregulares, y lo están pasando mal. Tal vez debería existir cierta regulación. Aquí tenemos carnes de primera y seguimos trayendo de otros lugares. Seguro que hay alguien que gana con ello, pero no son nuestros ganaderos. Nuestros dos principales sectores económicos lo han pasado mal.
-¿En qué situación se encuentra la mejora del tendido eléctrico que prometió EDP tras los apagones de este invierno?
-Me gustaría que no tuviéramos que volver a sufrir los apagones, que no ocurriera más. Pero las obras no han comenzado, y nos dijeron que comenzarían este verano. No son amenazas, pero tendremos que empezar a hacer algo, meter denuncias en el juzgado... No podemos estar pagando por un servicio que nadie nos da. Y hablo también por otros servicios, como la televisión, todavía la semana pasada, en pleno verano, sin que pasara nada, estuvimos más de 30 horas sin servicio.
-¿Qué se puede hacer?
-Llamas, te quejas, reclamas y la respuesta muchas veces es subir los hombros, dejarlos caer y decir que "ye lo que hay". Luego nos sorprendemos por la despoblación. ¿Quién se va a quedar aquí si las cosas más básicas no las tenemos, por mucho que te quejes? Y eso sin entrar ya en móviles o internet... vamos muy lentos. Y todo esto repercute negativamente en la economía.
-¿Se puede atraer población con problemas de cobertura y sin un servicio de internet de calidad?
-Tenemos zonas que lo pasan mal. Tarna pueblo, por ejemplo. Sacamos una fotografía y no se puede mandar por "Whattpsapp". En La Felguerina, en otros pueblos, pues igual. Tenemos en Caleao y en la zona de El Piquru con 4G, nada más. Estamos trabajando para atraer a algún operador, para tener un buen servicio de Internet, porque lo que tenemos es poco. La extensión de red de cable va con retraso.
-Volviendo a la ganadería, ¿cómo están afectando este año los lobos en la cabaña?
-Sigo pensando que hay muchos, y que tenemos un problema que arrastramos desde hace años. No es fácil enfrentarse a él. Los cupos no se cumplieron nunca. Ahora tenemos una buena ley, y ahora la Consejería creo que está intentando cumplirla. No puede ser que cada ganadero pierda seis o siete animales todos los años, algunos el 30 o el 40%, a ver a quién le gusta eso. Defender el lobo está bien, pero yo como afición tengo el fútbol, y pago televisión y carné del equipo. Tal vez el que quiera lobos debería ayudar a mantenerlos.
-Los osos están en expansión...
-Tenemos más de los que inicialmente pensábamos, ya hay indicios, avistamientos, en muchos sitios y de forma habitual. Respecto al oso de Caleao, se me hace raro, el comportamiento predador no es normal en la especie. El tiempo dará y quitará razones. Ahora mismo hay un seguimiento importante... Veremos.
-¿El uso lúdico de los embalses se empantanó por la crisis sanitaria?
-Pues sí, la pandemia nos ha traído retrasos. Para nosotros es algo importante, porque es un añadido más a la oferta turística, y algo simbólico también. Es ver realizado algo por lo que llevamos años luchando. Todo lo que pueda aportar al tema turístico, a ayudar a la gente que invirtió dinero en el parque, bienvenido sea.
-¿Qué se puede hacer para asentar población?
-Mejorar las telecomunicaciones, como hablamos antes, y las comunicaciones físicas también. Aquí me voy a meter en un charco.
-¿Por qué?
-Tengo que decir lo que me dicta el sentido común. Estamos haciendo carreteras importantes, con grandes costes, grandes proyectos, grandes plazos de ejecución. Las obras se fraccionan, se alargan, son costosas. Y para todos, sobre todo para el usuario, acabamos teniendo vías de comunicación deficitarias. Hay que plantearse hacer las cosas de otra forma. Carreteras bien señalizadas, seguras, con buen piso, con cunetas, y olvidarnos de viales que son casi autopistas.
-Parece que habla de las obras de la carretera a Infiesto, que están en su primera fase...
-Tienen un presupuesto inicial de 8 millones. ¿Que hay que hacer más transitables tres, siete curvas? Vale. Una buena cuneta, también. Pero con este dinero se podría hacer más. La última reunión que tuve con Juan Cofiño se cifró en 17 millones el tramo de la carretera de Tarna entre Campo de Caso y Bezanes. Tenemos que ser razonables. Yo lo que quiero es que se pueda subir el puerto sin problema. No hay pintura, baches, sin señalización. Y eso que se hizo algo, pero es que el abandono de esta carretera fue muy importante durante años. Las administraciones locales tenemos que empezar que estamos pasando, desde 2012, una crisis económica brutal, y ahora más con la pandemia. Hay que ser lógicos, buscar el bien de los vecinos, y no pensar en hacer de cada carretera una autopista. Carreteras adecuadas y seguras, nada más.
-¿Cómo ve la captación de fondos verdes para Asturias?
-En España fuimos los primeros en querer cerrar lo nuestro, y ahora Europa mira para otro lado, puede beneficiar a otros. Me gustaría ser optimista, pero veo la realidad poco halagüeña.
-¿Para qué son los fondos mineros que tendrá el concejo?
-A una vivienda, el centro de interpretación de Redes y el albergue y la piscina. Es una obra de mejora energética, con una caldera de pelets común para toda esta zona de Campo de Caso, que desbloquea también una área que tendríamos que haber desarrollado con los anteriores fondos mineros, que desaparecieron, se borraron, y hay que recordar quién lo hizo, Rajoy en su primer Consejo de Ministros. También pedimos que se incluyera un gran proyecto de mejora de las majadas ganaderas, una iniciativa que se desarrolló en la época de IU en el gobierno local, que era buena y queríamos retomar, pero no se admitió.
-¿Qué cosas considera que sí se están haciendo bien?
-Por ejemplo, los responsables de la Consejería de Desarrollo Rural están trabajando, y mucho. En Montes queremos retomar la corta de castaños, que llevábamos ya tres años sin hacerlas. Y tenemos a estos árboles muriéndose de pie, con el chancro, la avispilla, hay que sanearlos, tratarlos. Hay que trabajar en política forestal, y al menos esto se está moviendo.
