La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La triple crisis de los jóvenes "mineros"

A la recesión de 2008 y la pandemia del covid se suma el cierre de los pozos y la industria vinculada al carbón: "Para ellos es un golpe más duro"

Marcelino Sánchez, en una calle de Oviedo. FERNANDO RODRÍGUEZ

Primer golpe: cuando Marcelino estaba recogiendo su diploma de Telecomunicaciones, el mercado inmobiliario reventó y llegó la crisis de 2008.

Segundo golpe: la aceleración de la descarbonización de las Cuencas, en 2012, hizo que se pusiera cuesta arriba lo de encontrar aquellos "curros" temporales que nunca eran de lo "suyo".

Tercer golpe: con ustedes, la crisis sanitaria del coronavirus. Justo cuando Marcelino, tras "reciclarse", estaba ya alcanzando la estabilidad en el sector del espectáculo.

Esta es la historia de Marcelino Sánchez y, seguro que con algunos giros de guión, la de miles de españoles. Son los nacidos entre mediados de los años ochenta y principios de los noventa. Antes "millennials", ahora tristemente conocidos como la generación "de las dos crisis". La que reventó la burbuja inmobiliaria (2008) y la del coronavirus. En las Cuencas son tres: se suma la recesión de la última década por la descarbonización a un "tempo allegro". Los expertos consultados por este diario ven como única salida económica que los jóvenes de las Cuencas "adquieran el modelo laboral" del resto del centro de Asturias. No habrá otra Hunosa

"A nuestros padres les vendieron la moto de la reactivación de las Cuencas. Todo lo que tendría que haberse invertido en generar puestos de trabajo, se gastó en arreglar calles. Nos dejaron sin futuro". Palabra de Marcelino Sánchez, un treintañero que se ha reinventado a la fuerza. Como tantos otros, la mayoría con escaso éxito. De hecho, cuesta encontrar a un joven de su generación que quiera contar sus avatares en el mercado laboral.

Marcelino sí los detalla. Primero, estudió Telecomunicaciones en Madrid: "Era el lugar en el que podía especializarme en Imagen y Sonido". Pero, cuando terminó la carrera -ya en plena crisis económica-, se cansó de mandar currículos. "Encontré algo de trabajo de administrativo, de monitor en asociaciones juveniles... nunca de lo mío", dice. Hasta que se le acabó "la suerte".

"La crisis de 2008, en las Cuencas, tardó más en notarse", afirma Esteban Fernández Vázquez, profesor de Economía en la Universidad de Oviedo y coordinador de RegioLab. Según explica, "había el colchón de las prejubilaciones y la actividad residual de la minería. Pero la aceleración de la descarbonización en los valles del Nalón y el Caudal, en torno al año 2012, hizo que esta generación sufriera más aún la crisis nacional".

Si no fue por las oportunidades, fue por el desánimo. "Cuando empezaron a mejorar un poco las cosas, cuando parecía que salíamos del pozo, encontré trabajos de 'Teleco'. Pero la tecnología avanza muy rápido, no me sentía preparado para trabajar en el sector en el que me había formado, y decidí reciclarme", apunta Marcelino Sánchez. Lo hizo por todo lo alto: tres ciclos en el Cislan de Langreo. Sonido, Realización del Espectáculo y Electricidad y Automatismos.

Trabajó en medios de comunicación un tiempo. Hasta que se dijo que en el sector del espectáculo había más trabajo: "Así era. Trabajé primero como freelance y luego firmé un contrato con una empresa para emplearme por cuenta ajena". Quince días después de la firma del contrato, se decretó el Estado de Alarma por la crisis sanitaria del coronavirus.

"La crisis del covid-19 no ha distinguido entre las Cuencas y el resto de Asturias. Sí es cierto que esa generación, la de los nacidos entre mediados de los ochenta y principios de los noventa, ya venía 'tocada' de la caída de la minería. Para ellos, está siendo un golpe más duro", señala Esteban Fernández Vázquez. La única salida es cambiar de mentalidad: "Tendrán que pasarlo como el resto de asturianos, y adquirir el modelo de otras zonas de Asturias de la zona central, como Lugones. Si no se ven las Cuencas como un lugar residencial, los jóvenes decidirán marcharse a las grandes ciudades de Asturias".

Hace solo unas semanas que Marcelino hizo las maletas. De Laviana a Gijón. La situación laboral vuelve a ser inestable: "En el sector del espectáculo, los más afortunados somos los que estamos en un ERTE. Yo estoy encantado con mi empresa, pero es cierto que la incertidumbre es mucha". El tercer golpe, el de una pandemia que casi nadie esperaba. Una crisis, esta sí, prácticamente inevitable. Pero que Marcelino no perdona por el trabajo que nunca se hizo: "Yo no sé dónde quedó aquello que tanto nos decían. ¿Del carbón al ratón? Ya...".

Compartir el artículo

stats