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Zita Larrañaga: "Parto siempre de que todas las denuncias presentadas son verdad"

La magistrada del Juzgado de Barcelona destacó la labor de los jueces en los casos en los que la única prueba es el testimonio de la víctima

¿Qué ocurre cuando el testimonio de una víctima es la única prueba en un caso de Violencia de Género? El procedimiento judicial debe ser exhaustivo y el papel del magistrado se vuelve la pieza clave. Así lo aseguró ayer Zita Hernández Larrañaga, jueza de la sala de Primera Instancia e Instrucción número 30 de Barcelona. "Yo parto siempre de que una denuncia es verdad. Sea un delito sexual o el robo de una cartera", señaló la magistrada.

"En este tipo de delitos, los de Violencia de Género, nos encontramos con la falta de testigos en muchos casos", destacó Hernández. Por eso, el Tribunal Supremo establece doce puntos desarrollados que ayudan a los magistrados a valorar los testimonios. "Yo debo decidir la veracidad de un testimonio, y luego exponerlo. Es la labor del juez", añadió. Considera que someter a la mujer a juicios de terceros es "revictimizarla" : "Un forense no debe determinar si miente o no miente. Debe examinar las pruebas y presentarlas objetivamente".

La labor judicial es aún más complicadas en los casos de personas con discapacidad psíquica o menores. Para estos últimos, existe una cláusula que se conoce coloquialmente como "la cláusula de Romeo y Julieta". Es una excepción para las denuncias de menores que se basa en que no hay delito si hubo consentimiento entre la mujer y el hombre -ambos menores- y la diferencia de edad no es significativa. Pueden ser sometidos a un examen pericial para determinar su madurez mental, con independencia de su edad real.

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