Laviana era ayer un concejo encerrado en casa. Las calles y principales plazas de la capital, Pola de Laviana, apenas contaban con tertulianos y paseantes. Por la mañana, a los "recaos", lo imprescindible. Por la tarde, sofá y televisión. La alerta naranja decretada el viernes por el Principado ha cambiado por completo la faz del municipio, sobre todo de las zonas de reunión: la plaza del Ayuntamiento, la avenida de la Constitución, el parque de Los Príncipes... espacios públicos habitualmente, y pese a la pandemia, con gran cantidad de gente en las terrazas y paseando, se encuentran este fin de semana casi vacíos. Una imagen parecida a la del estado de alarma, al temido confinamiento que los lavianeses quieren evitar ahora a toda costa.

El único punto donde se desarrollaba una actividad febril era en el autocovid del recinto ferial, el lugar elegido para que los jóvenes de entre 13 y 18 años del municipio se hagan los test PCR, una medida encaminada a frenar el brote detectado y que afecta principalmente a los adolescentes: 360 de los aproximadamente 700 que están llamados a hacerse la prueba pasaron ayer por allí, de forma escalonada. Por la tarde eran ya 458 los chavales inscritos, y la autoridades sanitarias hacían un llamamiento para que todos los que aún no se hubiesen apuntado lo hicieran, "por el bien de todos". "En estos momentos Laviana es el centro del combate contra el coronavirus, todos dependemos de todos", afirmaba el presidente del Principado, Adrián Barbón, desde su vivienda de Pola de Laviana.

Por el momento, el brote detectado en este concejo del alto Nalón de 13.000 habitantes sigue contando oficialmente con 32 casos (ayer no se concretó si alguno de los nuevos 96 positivos del día pertenecían a este brote), que eleva a 42 los contagiados en la zona desde principios de septiembre. Entre los jóvenes que pasaban por el autocovid había cierta resignación, "es una situación complicada", con un mensaje de advertencia a otros municipios del valle: "aquí en Pola de Laviana nos reunimos todos los jóvenes del Nalón", es donde se concentran los bares "de salir". Por parte de los padres, máxima preocupación, sobre todo ante el próximo inicio del curso, que se avecina "complejo".

La gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa), Concepción Saavedra, visitó el autocovid para "hacer un llamamiento a la responsabilidad de la población, limitar al máximo los desplazamientos, los eventos, las reuniones". También para pedir a las familias de los jóvenes que faltaban por inscribirse a la realización de pruebas PCR que se apuntaran, para poder llegar al máximo posible de adolescentes. Una invitación que también hizo Adrián Barbón: "Es muy importante, los animo porque es la forma de controlar el brote, frenar su expansión y proteger a sus familiares y amigos". A media tarde se habían inscrito 458, y durante toda la jornada se realizaron casi 400 pruebas. Durante el día de hoy el autocovid seguirá activo y se harán test a todos los chavales que ayer no pudieron pasar y a los que se han ido registrando a última hora. En total, se estima que en Laviana hay unas 700 personas en el tramo de edad que va de los 13 a los 18 años.

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Los jóvenes de Laviana acuden a hacerse el test al punto autocovid

"La situación está complicada. Pero tenemos que venir todos aquí y ser responsables, el algo que se hace por el bien común", afirmaba María Pérez, una joven de 16 años que acudió a realizar la prueba con su madre, Aurora Rubio, que afirmaba que la chica "lleva ya una semana casi sin salir de casa". Y es que, antes de que el brote se decretara de forma oficial el jueves, en la calle ya existía la sensación de que se estaban produciendo más contagios de lo habitual. Maximino Pato conducía su vehículo, y con él, sus tres hijos, todos en la edad de hacer las pruebas. Mario, con 14 años, y Paula y Jesús, de 16. "No queda más remedio, es una situación complicada", apuntaba este último.

Tanto Marcos Álvarez, de 18 años, como Pablo Giraldo, de 17, destacaban que Pola de Laviana es el lugar "por donde salimos los chavales" del valle del Nalón: Langreo, San Martín del Rey Aurelio, Laviana, Sobrescobio y Caso.

Entre los padres, preocupación. Por la salud y también por el inicio del curso en los institutos del concejo, el David Álvarez de la Pola y el Alto Nalón de Barredos. Silvia Amaya trabaja en el servicio de atención a domicilio. Acompañaba a sus dos hijos, Sofía y Josué Amaya, de 18 y 17 años. "La situación es complicada. Estamos a las puertas del nuevo curso, esperemos que se pueda controlar. Laviana es un lugar en el que vive mucha gente joven, pero también muchos mayores, yo trabajo con ellos, y hay que protegerlos". Por su parte, Joaquín Torre llegaba en coche con Marcos, de 18, y Pablo, de 15 años. Es profesor, y califica de "complejo" el próximo curso. "Cuando empiece a haber catarros, gripes, haya que hacer pruebas para distinguirlos del coronavirus... Nos quedaremos pocos en clase. Y hay padres que pueden tenerlos en casa, otros no... Es lo que nos toca vivir".

La declaración de alerta naranja ha vaciado las calles. "Creemos que puede servir de toque de atención y rebajar los contagios extremando las precauciones". Con una duración de dos semanas, si los casos no disminuyen al término de ese plazo lo siguiente sería una medida mucho más dura: el llamado aislamiento perimetral, es decir, impedir que la gente entre o salga del concejo durante varios días, limitando también sus movimientos internos. Lo más parecido a un nuevo confinamiento.

El Ayuntamiento ha tomado además medidas adicionales. El alcalde, Julio García, explicaba ayer que se trata del cierre de "los parques infantiles y las canchas deportivas al aire libre, también suspender 15 días el mercado semanal, y un refuerzo policial en el horario nocturno del fin de semana". También recordó a "los chavales que están contagiados", que le consta, "según los servicios sanitarios, que están colaborando muy activamente en los rastreos".

Por calles y terrazas, muchísima menos gente. Así lo constata Mikel Méndez, del bar Villablanca, porque "ya incluso antes, desde el jueves, cuando se confirmó el brote, que es el día de mercado, hubo un bajón muy grande, no era como otros jueves", una jornada que tradicionalmente reúne en Pola de Laviana a personas de los pueblos de la comarca. "El viernes y hoy (por el sábado), más todavía. Apenas pasa nadie, cuando normalmente esta plaza", la del Ayuntamiento, "está llena". Bien de clientes en la parte destinada a las terrazas, bien de niños y familias en la parte que se usa como zona de ocio.

En una de las pocas mesas ocupadas están, con la mascarilla y a distancia, Iván Cortina y Jorge García. El primero considera que la declaración de la alerta naranja es "adecuada y necesaria. Se están tomando medidas para controlar el brote sin necesidad de caer en el pánico. Debemos ser responsables y tener sentido común". En la misma línea opina su amigo, que apunta que "de la noche a la mañana cambió todo. Fue declarar la alerta y se pasó de la masificación al desierto. Mira", dice señalando alrededor, "hoy no hay nadie, tal vez no sea conveniente ni un extremo ni el otro".

En la "Avenida" y el parque, punto de reunión habitual de los jóvenes, también están casi vacíos. La excepción, dos jóvenes veinteañeros, Alejandro Ruiz y Samuel Santos: "La situación está complicada. Tal vez deberíamos haber cerrado fronteras, haber tenido solo el turismo interior este verano en España".

- ¿Y en Laviana?

-Es difícil, es donde vienen todos los jóvenes de la Cuenca. Es la única zona que tienen para salir.