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El Ayuntamiento analiza el proyecto de desmantelamiento de la térmica de Lada

El plan de actuaciones elaborado por Iberdrola, propietaria de la central, se ejecutará en tres años y finalizará con el desmontaje de la presa

La central térmica de Lada

El proyecto de desmantelamiento de la central térmica de Lada está siendo analizado por el Ayuntamiento de Langreo. Iberdrola, propietaria de las instalaciones, ha presentado ante la administración local el plan de actuaciones para desmontar la planta langreana que tiene, desde el pasado de mes de julio, la autorización de clausura del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Técnicos municipales de Urbanismo están examinando el proyecto, indicaron fuentes municipales. La compañía pretende ejecutar los trabajos de desmantelamiento de la térmica de Lada en tres años. La actuación se acometerá en las instalaciones langreanas, que ocupan una superficie de 24,61 hectáreas en el área urbana, por fases, aunque "cuando sea posible se realizarán de forma simultánea para optimizar recursos", recoge el documento. Las unidades que necesitarán más tiempo para su derribo, por su magnitud o su localización son la caldera, la chimenea, la nave de turbinas y la desulfuradora, situadas en el área 4.

El proyecto elaborado por la propietaria de la central refleja que la última de las instalaciones que será desmontada será la presa sobre el río Nalón, necesaria para la toma de agua y el mantenimiento del tráfico rodado entre las márgenes. La compañía eléctrica calcula que requerirá cuatro meses de trabajo. Entre los trabajos de la fase final figuran también el desmontaje de aquellas estructuras que tienen como misión principal la seguridad industrial o la preservación y control ambiental además de las oficinas y los aparcamientos, por motivos logísticos.

El desmantelamiento de la térmica de Lada generará 102.488 toneladas de residuos, de los que se prevé reutilizar 65.683. En el informe remitido en las consultas previas a las administraciones afectadas sobre el documento ambiental, el Servicio de Evaluación Ambiental del Principado estableció que Iberdrola deberá iniciar en el plazo de 36 meses un procedimiento de reordenación urbanística de acuerdo con los usos que se planifiquen en la parcela una vez finalizado el desmantelamiento. En caso contrario, deberá acometer un nuevo proyecto de restauración que incluya todas las áreas que no estén dotadas de soleras de hormigón y aglomerado asfáltico.

La propietaria de la central modificó, tras recibir las reclamaciones y sugerencias remitidas por diversos departamentos de las administraciones afectadas, el documento ambiental para incluir las variaciones pedidas. El cierre de la térmica, que tiene más de setenta años, fue solicitado formalmente el 14 de noviembre de 2017.

La autorización del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para desmantelar la última de sus térmicas de carbón en el mundo llegó el pasado mes de julio. Desde 2001 la compañía vasca ha cerrado diecisiete centrales de carbón y fueloil, las dos últimas en España, en Velilla (Palencia) y Lada (Langreo).

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