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Los informes técnicos avalan el almacén de vacunas contra el covid en una mina

El SOMA respalda un texto que se decanta por el pozo Santiago, del que destaca su capacidad y seguridad para albergar 5 millones de dosis

La sala de baterías de una galería en el pozo Santiago, en Aller, que sería óptima para albergar el almacén de vacunas.

El SOMA-FITAG-UGT tiene ya en su poder el informe técnico que avala la construcción de un almacén sanitario y especialmente diseñado para las vacunas contra el covid del laboratorio Pfizer, que requieren de una conservación a 70 grados bajo cero. El documento, al que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA, señala que “el pozo Santiago de Hunosa, se presenta como un emplazamiento único, con unas características que lo hacen el emplazamiento ideal para un almacén estratégico de alta seguridad”. Detalla en varios apartados su idoneidad, y entre ellos destacan el acceso restringido al centro, el gran volumen de almacenamiento, el que cuenta ya con una red de nitrógeno líquido, y la experiencia de Hunosa en sistemas de control.

El documento explica que Santiago “tiene 100 kilómetros de galerías interiores ahora sin uso, que generan un enorme volumen de espacio disponible”. Sobre el acceso explica que “se realiza mediante el brocal, situado bajo la torre de extracción del pozo”, y destaca que “el hecho de que solo haya una única entrada y salida, acompañado de que el acceso al interior no puede realizarse a pie, sino mediante la máquina de extracción del pozo, hacen de este un emplazamiento prácticamente inexpugnable”.

El documento también apunta sobre la seguridad del pozo que “tanto en el exterior como las inmediaciones del brocal del pozo, están vigilados mediante un circuito cerrado de televisión equipados con modernas cámaras de seguridad”. Incluso explora la posibilidad de habilitar un helipuerto “lo que reduciría de manera considerable los tiempos de distribución de las vacunas”.

Los técnicos que elaboraron el informe para el SOMA ponen de manifiesto que “el aprovechamiento de la red de galerías subterráneas de un pozo minero anula el impacto ambiental que generaría la construcción de un gran edificio de almacenamiento, manteniéndose la identidad minera, ya que se mantienen intactos y en funcionamiento, los castilletes y torres de extracción del pozo, declarados patrimonio industrial”. Y sobre las comunicaciones, destacan que “las instalaciones se encuentran a 12 kilómetros de la autovía A66, a 80 del Aeropuerto de Asturias, 40 del Aeródromo de Llanera, a 50 de los puertos de Gijón y Avilés, a 34 del Hospital Central de Asturias, a 9 del Hospital Álvarez Buylla de Mieres y a 100 kilómetros de la UME de León”.

Almacenamiento

El informe técnico esboza ya cifras de lo que se podría llegar a almacenar el Santiago, una mina con 581 metros de profundidad y 11 plantas de las que salen las galerías de acceso a las antiguas explotaciones de carbón. Las galerías de las inmediaciones a la caña del pozo son las que están en mejor estado de conservación. “Estas cercanas galerías de acceso, de al menos 12 metros cuadrados de sección pueden ser acondicionadas para construir en ellas los almacenes en los que alojar los armarios criogénicos de ultrabaja temperatura necesarios para la conservación de las vacunas”, señala el informe. Armarios que según se detalla, tendría dimensiones de 1,9 x2,3x19,9 metros, con un volumen capaz de almacenar 7.500 y 10.000 vacunas.

Los cálculos pasan porque “teniendo en cuenta que el ancho de cada uno de estos armarios es de 1,9 metros y que cada uno de ellos alberga fácilmente 7.500 vacunas, un depósito de 66,66 metros de longitud almacenaría en su interior un millón de dosis”. Señala el documento que “solo con la construcción de 5 almacenes como el anteriormente descrito, ocupando apenas 1 kilómetro de galerías, tendríamos un almacenamiento garantizado de unos 5.000.000 de vacunas”.

El documento también apunta a que el pozo Santiago ya cuenta con una red de distribución de nitrógeno hacia el interior de la mina. “En las explotaciones mineras de carbón de Hunosa, debido a las características geológicas de las capas, se han producido fenómenos de auto-combustión del mineral. Para poder sofocar esos incendios de las capas de carbón, los pozos mineros fueron equipados con una red de nitrógeno”, indica el texto.

Un elemento que “almacenado en estado líquido a -198°C, sería llevado al punto del incendio por dicha red de distribución a lo largo del interior de la mina hasta la capa incendiada”. Eso es lo que se haría, pero llevándolo a los armarios criogénicos para enfriarlos. “El nitrógeno líquido es una fuente de fácil transporte y compacta de gas nitrógeno sin presurización”, señala el informe, que agrega que “es empleado en la criogenia para la conservación de muestras biológicas, para procurar una congelación rápida que evite el daño de estructuras”.

Procesos

Para los técnicos, “otro valor añadido que ofrecen las instalaciones mineras de Hunosa, y en especial la del pozo Santiago, es la seguridad en el control de procesos. Nos ofrece la posibilidad de garantizar la supervisión del control de procesos y por lo tanto la seguridad de los operarios del almacén estratégico”. Esto lo explica en que “tras más de 50 años de actividad minera, la lucha contra el grisú y los accidentes en las minas ha dotado a los pozos de Hunosa de sistemas de control ambiental y de procesos de última tecnología que, a día de hoy, están a la vanguardia de los tiempos en lo relativo a redes de comunicación”.

El documento destaca que la explotación allerana dispone de una sala de control ambiental, denominada sala de “Telegrisoumetría”, donde se realiza la supervisión de los distintos sistemas de control que operan tanto en el interior de la mina, como en los servicios de exterior. “Gracias a estos sistemas y mediante redes de comunicación por fibra óptica y redes cableadas, se envían los datos de los sistemas de control ambiental a dicha sala, obteniendo en tiempo real información sobre variables analógicas como concentraciones de gases, velocidad del aire, niveles de llenado de cámaras de bombeo, etc. y de tipo digital como arranque y parada de máquinas, actuaciones de dispositivos de emergencia o control de apertura y cierre de puertas”, apunta el texto, que también resalta al personal de Hunosa: “toda esa información es gestionada y analizada por el personal de la sala de control, el cual está altamente cualificado y formado para la supervisión de dichos sistemas”.

El informe, de 14 páginas, ha cargado de razones al sindicato para seguir peleando porque Aller cuente con el almacén estratégico de vacunas. “Creemos firmemente en presentar al pozo Santiago de Hunosa, como un emplazamiento idóneo para albergar un almacén estratégico de vacunas a largo plazo”, indicaron las fuente sindicales.

Las claves

Capacidad. Con los cálculos de los expertos, las galerías de Santiago podrían albergar cinco millones de dosis.

Seguridad. Las características de una mina de interior otorgan un plus de seguridad al almacén.

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