La Consejería de Administración Autonómica, Medio Ambiente y Cambio Climático asumirá la reparación del vertido por la rotura del saneamiento que se produjo en el entorno de La Ará. La administración regional, tras rechazar la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) desarrollar el proyecto, tienen previsto abordar en breve la obra. La actuación, que incluirá también la renovación de una tubería dañada en las proximidades de Nijeres, rondará los 180.000 euros.
El Ayuntamiento no tienen capacidad económica para abordar la actuación necesaria para canalizar los vertidos al río. Sin embargo, el gobierno local ha conseguido que el Principado presupueste unas obras claves para la recuperación ambiental del cauce. Anteriormente, los gestores municipales intentaron involucrar a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico. El organismo afirmó “no ser competente en materia de saneamientos, salvo que la obra sea declarada de interés general del Estado o haya un convenio con la administración competente en la materia”.
La alcaldesa Riosa, Ana Díaz, destacó el compromiso del Principado a la hora de abordar la reparación de la canalización que había resultado dañada. Ahora bien, puntualiza que, a su juicio, debió ser la Confederación Hidrográfica quien asumiera la obra. “Lo importante es que se dará solución a una irregularidad inasumible en estos tiempos”, valoró la regidora de Riosa.
Los pescadores denuncian el “grave deterioro medioambiental” que está sufriendo el cauce fluvial
El vertido se lleva produciendo desde hace dos años en la zona de La Ará, que es principal núcleo de población del concejo, por la rotura del saneamiento. En sintonía con el Ayuntamiento, la asociación de pescadores de Riosa y Morcín ha venido denunciando el grave deterioro ambiental que sufre el río. “Es incomprensible que desde hace años tengamos un sistema de saneamiento totalmente nuevo y no lo estemos utilizando. Pueden ser casi 3.000 las personas que siguen evacuando directamente al cauce, cuando tenemos un colector que no se utiliza”, apuntan los portavoces del colectivo, que cuenta con el respaldo de la Real Asociación Asturiana de Pesca Fluvial.
Los pescadores alertan de que el río Riosa se está “muriendo” debido a la contaminación. El grueso de las aguas residuales evacúan al cauce a la altura del campo de fútbol de La Ará. Lo hacen a través de un desagüe en forma de cascada que enturbia por completo el río a partir de este punto, con fuertes y molestos olores. La rica vida de la zona alta de este enclave fluvial perece de golpe. Unos cinco kilómetros más abajo, este afluente llega al río Caudal. Los pescadores sostienen que la reparación del vertido contribuirá a la recuperación ambiental del cauce.