La Policía Local de Mieres detuvo el pasado lunes a un hombre de 60 años tras ser interceptado por una patrulla de agentes cuando conducía un coche, según los testigos, con aparentes síntomas de embriaguez. De hecho acabó sufriendo un pequeño accidente de tráfico en pleno centro de Mieres. La prueba de alcoholemia que se le realizó no hizo otra cosa que confirmar la percepción de los viandantes, multiplicando casi por cuatro inicialmente el límite permitido.

En la primera toma de aire el medidor registró una cantidad de 0,94 miligramos de alcohol por litro de aire expirado. Unos minutos más tarde, siguiendo el protocolo, se procedió a realizar al conductor una segunda prueba. En este caso el resultado fue de 0,84 miligramos, cuando el límite permitido es de únicamente 0,25. En ese momento, la patrulla del servicio municipal procedió a tramitar la oportuna denuncia, abriendo diligencias cuya tramitación asumió el Juzgado de Instrucción número 1 de Mieres.

El infractor responde a las iniciales de J. L. M. M. y es vecino del concejo. En el momento de ser detenido acababa de intentar estacionar su vehículo en la calle Carreño Miranda, uno de los ejes viales más concurridos y céntricos del casco urbano. Debido a su estado, golpeó a un vehículo que se encontraba aparcado correctamente en el lugar . El propietario de este turismo comprobó que el infractor pretendía abandonar el lugar sin responder por los hechos. Decidió por tanto avisar a la Policía Local. Finalmente, los agentes pudieron identificar al conductor bebido y proceder a la realización de las pruebas anteriormente citadas.

Otro accidente

Los hechos ocurrieron a la seis de la tarde en la citada calle Carreño Miranda. Hace apenas tres meses otros conductor fue denunciado por la Policía Local por conducir también bajo los efectos de bebidas alcohólicas por el casco urbano de la ciudad. En este caso fue en el entorno del campus de Barredo. En torno a las dos de la mañana, la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía recibía una llamada en la que se les informaba de que había un accidente de tráfico entre las calles Los Llerones y Gonzalo Gutiérrez Quirós. Los agentes procedieron a su identificación. El varón, de 40 años, también vecino de Mieres. A continuación lo trasladaron a la Jefatura de la Policía Local de Mieres para hacerle las pruebas de alcoholemia. El resultado confirmó sus sospechas: 0,87 y 0,89 miligramos de alcohol por litro de aire espirado en las dos mediciones realizados. O lo que es lo mismo, al ser conductor novel, con menos de un año de carné, seis veces más de los 0,15 permitidos. Los agentes procedieron a detener al hombre por un presunto delito contra la Seguridad Vial por conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas. El vehículo accidentado fue retirado por la grúa, y el acusado puesto a disposición judicial.

El CSIF rechaza que el negociado de sanciones regrese a la inspección de la Policía Local

El sindicato CSIF calificó ayer de “despropósito” la decisión del Ayuntamiento de Mieres “sacar” del edificio consistorial el negociado de sanciones, “el cual previamente había sacado de la Comisaría de Policía para ahora volverlo a su lugar de origen”. Y todo ello, afirman desde la central, “porque cuando no se tienen una estructura ordenada de la organización administrativa, se van dando tumbos, hasta llegar a la estulticia”. La central acusa al gobierno local de IU de actuar de “forma poco democrática, siguiendo el ordeno y mando”. Los portavoces del sindicato apuntan que los gestores municipales argumentaron el traslado del negociado en su momento por “falta de espacio, además de no ser el lugar idóneo ya que no existe separación de oficinas y por lo tanto no hay privacidad ni intimidad de quienes van a interponer denuncias, para la atención a víctimas de violencia de género, o tener que cruzarse la ciudadanía que acude a gestiones en materia sancionadora de tráfico, urbanismo, consumo”. El CSIF sostiene que el nuevo cambio de ubicación demuestra “la mala gestión del equipo de gobierno en materia de personal y reorganización de servicios, mareando la perdiz, o como se suele decir, haciendo experimentos con gaseosa, que además de obligar a otros servicios como el informático a montar y desmontar una vez más programas, cableado y líneas, desorienta a la ciudadanía que ya no sabe a dónde dirigirse, y esta vez, el ir de una ventanilla a otra, será culpa de quien desgobierna, no del funcionario, como suelen decir”. Así, la central “rechaza” el regreso del servicio a la Comisaría.