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Los desahucios del covid-19: las Cuencas mantuvieron los desalojos de alquileres en 2020

Los Juzgados registraron 139 recursos de arrendadores, solo uno menos que en el anterior ejercicio, a pesar del “parón” durante el confinamiento

Pisos en venta en Mieres A. V.

Los desahucios de alquileres siguen al alza en las Cuencas. Ni siquiera la crisis del covid-19 ha frenado la presentación de recursos en los Juzgados de los valles mineros –Langreo, Mieres, Lena y Laviana–, aunque sí se paralizaron temporalmente las ejecuciones (por el estado de alarma). El número de denuncias que recibieron las salas durante el año pasado, a pesar del “parón” de actividad durante el confinamiento, alcanzó las 139 solicitudes. En 2019, habían sido 140. Fuentes legales consultadas por este diario apuntan a que la crisis económica derivada de la situación de emergencia sanitaria ha podido influir en los impagos, pero matizan que muchos casos “venían ya de antes de la crisis del covid-19”.

La comarca del Nalón tiene el dudoso honor de estar a la cabeza en número de procedimientos por impagos de alquileres: los Juzgados de Langreo y Laviana recibieron un total de 76 solicitudes durante 2020. El municipio más poblado está a la cabeza, con 65 procedimientos abiertos el año pasado. En la comarca del Caudal, la cifra se queda en 55. En Mieres, se tramitaron 43 procedimientos por impagos de alquileres.

Un total de 139, cifra casi idéntica a la registrada en 2019. Fuentes legales apuntan a un “indudable incremento de impagos “derivados de la crisis sanitaria del covid-19”. Pero hacen una matización importante: “En muchos casos, la presentación de esos recursos llega ya tras una larga espera por parte de los arrendadores”, afirmaron. Alertan de la existencia de “okupas profesionales”: “Son personas que van de piso en piso, acumulando impagos y afrontando desahucios. Aunque son solo una parte de estos procedimientos abiertos”.

Detrás de otros desahucios hay verdaderos dramas. Personas que, por la crisis sanitaria del covid-19, lo han perdido casi todo. Entidades solidarias de las Cuencas, en concreto Cáritas de Mieres y Cruz Roja de Langreo, habían alertado ya de una “avalancha de desahucios” con el fin del estado de alarma. “Muchas familias mantienen su vivienda solo por la paralización de las ejecuciones. A partir de los próximos meses, viviremos situaciones muy complicadas”, apuntaron fuentes de las entidades solidarias.

Las cifras de desahucios en alquiler en las Cuencas son altas en términos absolutos, pero aún más si se comparan con la oferta de alquileres. El mercado inmobiliario en los valles mineros, afirmaron expertos del sector, se centra principalmente en la venta de viviendas. Una de las razones por las que los propietarios temen los alquileres son, precisamente, los impagos. Pero hay otro motivo: los posibles arrendadores se echan atrás por el riesgo de sufrir daños en los inmuebles.

Hay poca oferta y el precio de las rentas es elevado, alertaron hace ya un tiempo desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Ante esta situación, se produce otro fenómeno: el de la “infravivienda”. Casas que no reúnen las condiciones mínimas para estar habitadas, algunas incluso carentes de servicios básicos como el agua o el suministro eléctrico, y que se alquilan solo un poco por debajo del precio medio de alquiler en las Cuencas. Es una situación observada en toda Asturias, pero con especial incidencia en zonas como los valles mineros: con difícil acceso al mercado laboral, en situación de crisis económica y con una oferta baja de viviendas en alquiler.

Una posible solución, apuntaron desde la plataforma, es la oferta en alquiler de los pisos desahuciados por los bancos.

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