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Personal de la piscina de Mieres salva la vida a una joven en parada cardiaca

La chica se hundió debido a un ataque epiléptico y un socorrista que nadaba a su lado acudió en su ayuda: “Pensé que nada se podía hacer”

El acceso a la piscina municipal de Mieres, con el cartel que indica la presencia de desfribiladores. En el recuadro, Cristian Sánchez. | D. M.

Una joven que se encontraba nadando en la piscina municipal de Mieres sufrió una parada cardiaca el pasado martes, salvando la vida gracias a una rápida y eficaz intervención del personal de la instalación y de un experto socorrista que se encontraba casualmente en la calle contigua. La deportista, de 26 años, fue sacada del agua sin pulso, “aparentemente muerta”, tras sufrir una ataque epiléptico. Fue entonces cuando se le realizó una maniobra de reanimación cardiopulmonar básica (RCP) en el mismo borde del vaso de la piscina. Tras unos minutos de enorme tensión, la chica recuperó el latido. Aún así, la angustia se prolongó durante otros 20 minutos, ya que los servicios sanitarios tardaron en llegar debido a que ni el “112” ni el hospital Álvarez Buylla contestaron a las incesantes llamadas realizadas desde la instalación durante un cuarto de hora.

Cristian Sánchez

Cristian Sánchez fue un destacado nadador de la agrupación deportiva Manuel Llaneza y desde 2005 ejerce como socorristas. El pasado martes estaba con su hija en la piscina climatizada de Vega de Arriba cuando de pronto se desató una situación casi desesperada. “Nunca me había enfrentado a una situación tan dramática”. La joven de la calle contigua apareció de pronto en el fondo de la piscina, en parada cardiaca: “Se había detenido y nos había preguntado la hora. Luego vimos que estaba como haciendo apnea en el otro extremo del vaso, pero enseguida nos dimos cuenta que algo no iba bien”. Otro usuario de la piscina comenzó a dar voces al percatarse de que la joven parecía estar ahogándose. Para entonces Cristian Sánchez ya se estaba aproximando: “La socorrista reaccionó de inmediato y entre los dos la sacamos del agua. No respiraba, ni tenía pulso. Tengo que reconocer que pensé que era tarde y que nada íbamos a poder hacer”, recuerda Sánchez.

Comenzaron a practicar la RCP. “Se actúo muy bien. La socorrista reaccionó rápidamente, con todos los pasos muy mecanizados. Le dio un masaje cardiaco muy bueno, con fuerza y de manera rotunda. El resto del personal también intervino con diligencia y el monitor del gimnasio se incorporó igualmente a la intervención. De no ser así, igual todo hubiera acabado de manera menos afortunada”, señala Sánchez, que, según los testigos, tuvo también un desempeñó clave para el buen término de la intervención.

“Fue en alivio comprobar que al final la chica reaccionó”. Sin embargo, aún quedaban minutos de enorme tensión. “La colocamos en posición de seguridad y empezamos a llamar a los servicios sanitarios, pero nadie contestaba al teléfono. Tardaron más de un cuarto de hora en atender la llamada. Luego, la ambulancia llegó rápido, pero si hubiéramos necesitado ayuda médica para recuperarla el retraso hubiera sido seguramente fatal”.

La experiencia de casi 20 años como socorrista permite a Cristian Sánchez realizar varias reflexiones tras el grave contratiempo. Subraya la necesidad de que debería haber una vía de comunicación directa entre piscinas y playas y los responsables médicos. “No puede ser que la ambulancia tarde tanto en aparecer estando disponible”.

Cristian Sánchez considera innegociable la presencia de suficiente personal y bien cualificado. “El socorrimo está tratado en España con muy poco respeto. En países como Estados Unidos el sector está totalmente profesionalizado. Aquí las playas sólo tienen socorristas en verano pese a que una tarde calurosa de abril puede haber doscientas o trescientas personas”. Este profesional subraya la necesidad de que los propios ciudadanos asuman la importancia de contar con conocimientos básicos de primeros auxilios: “Es muy aconsejable apuntarse a cursillos de primeros auxilios, que hoy el día son en muchos casos gratuitos. Al final basta con aprender a colocar a alguien en la posición de seguridad, hacerle el masaje cardiaco y el boca a boca. Con esas tres cosas puedes salvar una vida en cualquier momento. Te puede sacar de una situación complicada en tu casa, con tus hijos o con tus padres mismamente. Debería estudiarse en los colegios”.

Caso distinto son los socorristas. Sánchez reconoce que aún hay mucho queda mucho trabajo que hacer. “Desde hace un tiempo hay empresas privadas e instituciones que facilitan en exceso la obtención del título, lo que provoca que haya socorristas que casi están para que los rescaten a ellos. Hay que endurecer las condiciones, a la altura siempre de las exigencias de la federación española de natación, donde mucha gente no pasa el listón”.

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