La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La mejora del refugio de Brañagallones obligará a trasladar parte del material en helicóptero

La reparación del tejado, que comenzará en unos días, incluye la instalación de grandes piezas que no se pueden transportar por la pista

Daños en la cubierta del refugio de Brañagallones.

La sustitución de la actual cubierta del tejado del refugio de montaña de Brañagallones se iniciarán en cuestión de días. El encargo de la obra es el Principado como propietario de la instalación, uno de los emblemas del parque natural de Redes. En los trabajos de reparación se utilizarán paneles de chapa galvanizada, que tendrán que ser trasladados hasta el refugio en helicóptero, dadas sus grandes dimensiones.

El guarda de la instalación, José Manuel Prado, aseguró que “la idea que tienen es empezar con las obras en diez o quince días. Si no es antes de que acabe septiembre, a principios de octubre. Lo que se busca en que la obra se haga antes de que nos metamos en el invierno porque si nos encontramos con una nevada temprana con todo el tejado levantado nos podemos llevar un susto”, apuntó Prado, que añadió que espera que los trabajos puedan estar completados en un mes “aunque todo dependerá del ritmo con el que se pueda desarrollar la obra”.

El traslado de los materiales de obra hasta el refugio, al que se accede a través de una pista forestal, será todo un desafío. Son piezas grandes, algunas de ellas de unos once metros. “Parte del material se podrá traer por carretera, pero la idea es que otras piezas vengan en helicóptero”, expresó el responsable del refugio casín.

La obra de reparación hará posible acabar con los problemas de humedades y goteras que sufre el inmueble, así como mejorar la climatización, mediante la utilización de materiales aislantes. El Principado, propietario del edificio, ya había anunciado la pasado primavera su intención de acometer la renovación total del tejado para solucionar “los problemas que eventualmente están surgiendo causados por la antigüedad de la cubierta, así como por los temporales de viento y nieve”, indicó entonces la consejera de Cultura, Política Lingüística y Turismo, Berta Piñán, en respuesta a una pregunta del portavoz de Foro.

El refugio de Brañagallones ha tenido que reducir su aforo a la mitad este verano como consecuencia de las limitaciones derivadas del control de la pandemia. Pese a ello, los gestores del equipamiento mostraron su satisfacción por la elevada afluencia de visitantes. “Este verano hemos estado al 80 por ciento de ocupación aproximadamente. Hemos logrado que los grupos de tres personas o más tengan su propio habitáculo y baño. Es cierto que, por ejemplo, se ha notado que los grupos de montañeros son más reducidos, pero también han venido muchas familias”.

Compartir el artículo

stats