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El retraso en la apertura del Credine, en Barros, obliga a reparar desperfectos

El Imserso realizará mejoras en el centro, con un coste de 335.506 euros, para combatir las humedades y reformará el salón de actos

Las instalaciones del Credine en Langreo. | Miki López

El Instituto de Mayores y Servicios Sociales desarrollará en los próximos meses una serie de mejoras en el Centro de Referencia Estatal para Personas con Discapacidades Neurológicas de Langreo (Credine), que espera recibir a sus primeros pacientes a partir del próximo mes. Los trabajos en Barros, que tendrán un coste de 335.506 euros, serán desarrollados por la firma Bienes y Obras del Principado, que contarán con un plazo de ejecución de cuatro meses.

Estas intervenciones vienen motivadas por el retraso en la apertura y tras las inspecciones de los servicios técnicos con el fin de evaluar los problemas existentes en el centro, donde se detectaron una serie de deficiencias que serán subsanadas. Algunas de ellas están relacionadas con la aparición de humedades en varios despachos de la planta inferior, con lo que habrá que actuar en la impermeabilización de las cubiertas, así como en los patios interiores. En este último caso, se debe a la poca altura de los zócalos, que hacen que entre el agua de la lluvia. También hay humedades en los techos de las salidas a patios, que se han deformado y “existen problemas de desprendimiento”.

También se actuará en el revestimiento en suelos de juntas de dilatación. Ya que en algunas zonas se ha utilizado una chapa de acero que, además de la oxidación que se está produciendo, “provocan el deterioro de la propia baldosa y se está levantando la chapa, por lo que dificulta el tránsito en sillas de ruedas”. Otro aspecto en el que se actuará será en las escaleras de acceso, en las barandillas y los protectores de pasillo. Y es que hay zonas de pasillo y escaleras que carecen de doble barandilla y protectores contra golpes. Aunque no es obligatorio según la normativa, “sí es conveniente para el tipo de residente del centro, tanto por la seguridad de los usuarios como desde el punto de vista de la conservación y mantenimiento del centro”.

El proyecto de mejora también da cuenta de la necesidad de actuar en el salón de actos. Primero sobre el revestimiento con paneles de melanina que, debido a la humedad y al tiempo que lleva cerrado el centro, se han ido combando. También se van a mejorar los accesos al escenario para evitar accidentes con las sillas de ruedas. Asimismo, se actuará sobre los revestimientos de mármol, que tienen zonas mal pulidas y ralladas, en este caso se procederá a su pulido y abrillantado.

Otra de las actuaciones destacadas son los suelos de piedra en el edificio administrativo y el acceso a la zona residencial, que presentan manchas e, incluso, hay zonas que deslizan cuando hay humedad, con lo que serán limpiados y les realizarán un tratamiento antideslizante. Junto a todas estas actuaciones, el informe de mejoras alude a una serie de reparaciones varias como un desconchón en un ventanal de despacho o zonas donde habrá que pintar. Por último, y al tratarse de un edificio público, precisa de la instalación de tres mástiles para la colocación de la bandera de España, la del Principado de Asturias y la enseña del Ayuntamiento de Langreo.

Estas actuaciones vienen motivadas, en parte, por el tiempo que ha tardado en desarrollarse el centro, que empezó a construirse en el año 2009. Según los plazos iniciales de la obra, el centro tendría que estar abierto desde 2012. Tras varios problemas (entre ellos la quiebra de la constructora), retrasos y arreglos, los trabajos concluyeron en 2017. Después llegaron trámites varios como la compra del mobiliario y los equipos. El centro abrió sus puertas en 2020, pero no para su objetivo inicial, sino para tratar a pacientes con coronavirus.

Las instalaciones recibirán a los primeros usuarios en enero

El Centro de Referencia Estatal para Personas con Discapacidades Neurológicas de Langreo (Credine) no recibirá a sus primeros pacientes hasta el próximo mes. Así lo confirmaron fuentes del Imserso (Instituto de Mayores y Servicios Sociales), que retrasa su previsión inicial, fijada para el último trimestre de este año. Sin embargo, eso no quiere decir que la actividad haya estado paralizada durante todo este tiempo. Al contrario, la plantilla no ha dejado de trabajar en todo momento poniendo el centro al día. Los primeros usuarios serán de la región, ya que la atención será ambulatoria en una primera fase. Más tarde se abrirá la atención residencial, permitiendo ya la llegada de pacientes de otras comunidades autónomas. En principio se trabajará sobre dos líneas. Por un lado, pacientes que sufran secuelas neurológicas causadas por el covid-19; y, por el otro, personas con daño cerebral sobrevenido. También se llevarán a cabo programas de investigación, además de actividades, congresos y foros. Y es que, como había destacado el director general del Imserso, Luis Alberto Barriga, “su actividad central, como en otros centros de referencia estatales dependientes dependientes del Imserso, no es la atención directa sanitaria sino que se orienta hacia la gestión y difusión del conocimiento sobre el desarrollo de modelos de intervención o de atención”.

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