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Los vecinos del mierense que murió al arder su casa: “Le escuchamos pedir auxilio, pero el fuego se propagó muy rápido”

La Rebollada, conmocionada tras el suceso en que falleció José López: “Sin problemas de movilidad hubiera escapado”

Familiares y vecinos, ayer, en la parte trasera de la casa, la más castigada por el fuego.

Los vecinos de La Rebollada tardarán en reponerse del impacto que ha causado en esta localidad mierense la muerte del octogenario José López. “Le escuchamos pedir auxilio, pero el fuego se propagó muy rápido”. El vecindario no dejaba ayer de darle vueltas al fatal incendio en el que perdió la vida este jubilado de origen gallego, pero afincado desde hace tiempo en Mieres. “Si le hubiera pasado a una persona sin limitaciones de movilidad seguramente habría podido salir de la casa pese al incendio”, apuntaba un vecino. Y es que José López apenas podía caminar y normalmente utilizaba una moderna silla eléctrica para desplazarse.

El acceso principal a la vivienda, con las bombonas de butano en el exterior.

El fatal desenlace se enmarca dentro de una serie de infortunios y azarosas circunstancias que no generan más que pesadumbre: “Tenía la puerta de casa cerrada con llave. Si la hubiera tenido abierta, como es habitual a esas horas de la tarde, hubiera podido escapar”, apuntaba ayer otra vecina. El fuego y la poca movilidad que tenía José López convirtieron el pasado miércoles su casa de La Rebollada en una trampa mortal. “Alguien con un mínimo de agilidad incluso se podría haber descolgado por una ventana, ya que apenas tienen metro y medio de altura”. Un tercer factor también pudo influir, aunque en menor medida. Pepe “El Trucha”, como era conocido popularmente el fallecido, almacenaba en la planta baja de su vivienda varias bombonas de butano. “Durante un instante pensé en meterme dentro, pero sabía que tenía las bombonas en casa y al final terminaron llegando los bomberos casi de inmediato”, recuerda otro de los testigos, también habitante del pueblo.

Todo indica que José López intentó escapar del fuego, pero no tuvo tiempo suficiente. El cuerpo, según explicaron a este diario testigos presenciales, fue encontrado ya muy cerca de la puerta. El fallecido vivía solo en el barrio conocido como Les Pieces, en el extrarradio de Mieres. Su familia, con la que apenas mantenía relación, vive fuera del concejo. Su hijo acudió ayer a La Rebollada para hacerse cargo del cadáver. “Era una persona peculiar, muy reservada y solitaria”, reconocieron ayer sus allegados.

Estufa de gas

Los vecinos sospechan que el incendio pudo ser causado por una estufa de gas que José López utilizaba para calentar la casa. No obstante, no deja de ser una especulación. “Cuando vimos el humo pensamos que Pepe (el fallecido) estaba haciendo una hoguera detrás de casa, pero luego ya vimos las llamas y le escuchamos pedir ayuda”. Eran poco más de seis de la tarde. Cuando los bomberos llegaron al lugar el fuego se encontraba ya “muy desarrollado” en la planta baja. Tras iniciar las labores de extinción y realizar una primera ventilación se pudo comprobar que, en la planta superior, donde se ubicaban las habitaciones, no había ninguna persona. Cuando se pudo acceder a la planta inferior se localizaron los restos mortales del propietario.

La vivienda está en medio del barrio de Les Pieces. En las proximidades hay una decena de casas habitadas. “Si llegan a estallar las bombonas, un par de inmuebles hubieran salido por los aires”. En La Rebollada se mezcla la pena con un punto de alivio. Lo que nadie esconde es que fue “una muerte horrible”.

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