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El balneario de Ledesma esquiva el cierre y vuelve a tener beneficios tras perder 1,15 millones en 2020

El Montepío de la Minería devuelve al equilibrio económico a su principal equipamiento turístico, al que la pandemia llegó a dejar en concurso de acreedores

Visitantes llegan al Balneario el día de su apertura el pasado mes de julio. | MMMA

Llegó a estar al borde del cierre definitivo. Generó en un año unas pérdidas de 1,15 millones de euros. Y de ser el buque insignia económico del Montepío de la Minería, el Balneario de Ledesma, en Salamanca, llegó a convertirse en su más pesado lastre. Sin embargo, las medidas adoptadas, la disposición de casi toda la plantilla, de las gran mayoría del comité de empresa, y la paulatina recuperación de la actividad han permitido que Ledesma haya cerrado el 2021 con beneficios, modestos, pero beneficios al fin y al cabo. El futuro pasa por recuperar por completo el rumbo que se venía dando en este centro, y que conllevaba ganar cada año más de 200.000 euros. Los casi 38.000 euros que quedan en positivo en el balance del pasado ejercicio son el primer paso del camino.

El presidente del Montepío, Juan José González Pulgar, mostraba ayer su satisfacción con los resultados logrados. “Es importante tener en cuenta de donde veníamos, y que el objetivo era lograr el equilibrio económico o incluso unas pérdidas asumibles, pero finalmente, con el trabajo de todos, hemos logrado ponernos en beneficios”.

La complicada situación del Balneario de Ledesma llegó en 2020, con la pandemia. El enclave apenas abrió un par de meses, lo que conllevó unas importantes pérdidas que se elevaron hasta los 1,15 millones de euros, y entró en preconcurso de acreedores. En ese momento, el panorama pintaba muy feo: Ledesma llegó a una insolvencia empresarial y no podía acceder a los préstamos ICO, su banco de referencia les negó crédito, y además tuvieron que afrontar costes inesperados, ya que tuvieron que hacer frente a unas cuotas de la Seguridad Social de las que deberían haber estado exentos. Todo eso provocó que la situación llegase a ser crítica.

La piscina exterior de Ledesma, con varios usuarios. | MMMA

El Montepío cogió entonces el toro por los cuernos y comenzó a tomar medidas, algunas duras, pero que han logrado revertir la situación. “Tuvimos que recortar gastos, negociar con proveedores, aplazar pagos...”, explicó González Pulgar, que agregó que “también conseguimos una inyección de 150.000 euros en forma de indemnizaciones por parte del Imserso y la recuperación de impuestos que estábamos pagando de más”. También consiguieron ingresar otros 200.000 euros del plan de Recuperación puesto en marcha por el Gobierno y tramitado por el Principado de Asturias, donde el Montepío tiene la sede social.

Los ERTE articulados por el Gobierno central durante la pandemia también fueron esenciales para Ledesma. Además, se llegó a un acuerdo con la presidencia del comité de empresa –con mayoría de CC OO–, que facilitó la recuperación. “La mayoría de trabajadores entendieron que estábamos pasando por una situación extraordinaria por la pandemia, que tuvimos siempre la voluntad de mantener el vínculo laboral con los trabajadores y no nos planteamos despidos”, explicó Pulgar, que sin embargo también reconoce que hubo media docena de empleados que denunciaron a la empresa. Pedían indemnizaciones de entre 49.000 y 60.000 euros. “Las demandas no prosperaron, pero si llegan a hacerlo seguramente no lo hubiéramos podido afrontar”, admite el presidente del Montepío, que aún así se tuvo que gastar más de 30.000 euros en costes del proceso judicial.

Además del esfuerzo de los trabajadores y el ajuste de gastos, la reapertura del Balneario a finales de julio, el empuje de los mutualistas y la recuperación, aunque tardía, del programa de termalismo del Imserso, lograron que el Montepío consiguiera recuperar la senda de la estabilidad en Ledesma. En la fecha de apertura del enclave, las pérdidas acumuladas eran de 230.000 euros. Sin embargo, la situación fue cambiando progresivamente, incluso con el handicap de que el programa de termalismo financiado por el Gobierno para los pensionistas también empezó un mes más tarde, ante lo que el Montepío tomó la iniciativa de poner en marcha un plan especial a precios del Imserso asumiendo ellos la diferencia. Finalmente, la entidad logró quintuplicar su volumen de negocio respecto a 2020, y volver a reflotar un barco, que a diferencia del Titanic logró reparar el boquete provocado por el iceberg “covid”.

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