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Brínguez y Laura Cox, jazz y hard-rock estratosférico

Los dos conciertos con figuras internacionales celebrados el fin de semana en Mieres dejaron el listón muy alto

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Conciertos de Laura Cox, Ariel Brínguez y "Mad Rovers" en Mieres Fernando Rodríguez

En el primer fin de semana –esperemos que ya definitivamente pos-pandemia– sin mascarilla obligatoria en los conciertos en el interior, el Ayuntamiento de Mieres se marcó un doblete de los que dejan huella y crean –o consolidan– afición entre el respetable. Por cierto, buena parte de él de fuera del concejo, lo que también ayuda a la economía local. Ya saben, hostelería, comercio…, todo eso que algunos, aunque no lo crean, va asociado al consumo en directo de la música popular. Y lo que es más importante, también ayuda a su promoción como “destino” cultural.

La cosa no podía empezar mejor. El laureado saxofonista cubano Ariel Brínguez –premios Grammy incluidos– hizo su segunda visita a Mieres el pasado viernes, actuando en el Auditoriu Teodoro Cuesta acompañado de cuatro excelentes músicos: Toño Miguel al bajo eléctrico, Humberto Ríos piano y teclados, el rapero y también percusionista Kumar Subleva y el batería Fede Marini, al que conocemos por su buen hacer en la semana de Jazz de Sieru. Así pudimos disfrutar de toda una lección de jazz-fusión en el marco de la presentación de su trabajo discográfico “Experiences”. Milton Nascimento, “Beatles”, Fela Kuti, Steve Wonder, Camarón o Lázaro Ros, daba igual el “palo” que Ariel Bringuez y su cuarteto interpretasen, su impronta jazzística impregnaba las composiciones de estos clásicos generando una fusión reconocible –coqueteando incluso con el free, la música electrónica o el rap– pero efectiva, emotiva y sobre todo de altísima calidad técnica, con el por momentos vertiginoso fraseo del saxofonista cubano como principal motor musical del evento.

Un concierto de jazz en el que buena parte del público acabó bailando o dando palmas, con Ariel Brínguez y Kumar Subleva “desfilando” entre las butacas tocando sus instrumentos de percusión de manera hipnótica y potente. Permítanme que les diga –ya llevo visto un considerable número de actuaciones de jazz a lo largo de mi vida– que no es muy habitual que esto suceda. Como el propio Ariel Brínguez ya ha manifestado en alguna ocasión “El jazz no tiene complejo de mezclarse con otros géneros”. Por lo que pudimos ver y escuchar no nos queda ninguna duda de ello, y además Ariel Brínguez y su cuarteto pueden estar seguros de que el espíritu de los Orishas hizo acto de presencia –cada cual que lo asimile a su manera– en el auditorio mierense. Por cierto, en redes sociales ya se puede apreciar algo de lo allí ocurrido.

El sábado le tocó el turno a la cantante y guitarrista anglofrancesa Laura Cox, que al frente de un cuarteto de power hard-rock –con querencia por los sonidos del blues y acercamiento al heavy– puso “patas arriba” el Mieres Centru Cultural. Abrieron el bolo los asturianos “Mad Rovers” con un breve pero solvente concierto de rock duro con tintes progresivos. Después llegaría la imparable apoteosis de riffs de Laura Cox y del otro guitarrista de la banda, Mathieu Albiac, que fueron desgranando junto al resto de componentes algunos temas de sus dos primeros discos, y que se mostraron especialmente agradecidos, en palabras de su vocalista, de poder volver a tomar contacto con el público “en persona”. Algún breve solo del bajista y el despliegue en solitario del baterista –Antonin Guerín– de sus recursos técnicos en un “festivo” solo en la última fase del concierto, ayudaron a configurar un contundente y sin paliativos directo que rehúye de artificios y se centra en la ejecución de los rasgos característicos del estilo que practican. El público lo supo valorar y con gritos, palmas, silbidos y bailes –sí, ya se puede bailar en los conciertos– fue un fiel y comprometido apoyo de la banda. Para muestra de lo anteriormente descrito resaltar la ejecución de la ya imprescindible, dentro de su repertorio, “Hard Blues Shot”.

A estas alturas ya nadie duda que Mieres se ha consolidado dentro de la geografía astur como uno de los principales referentes en la organización de conciertos de música popular: rock, folk, electrónica, jazz, y todos los derivados que acompañan en la actualidad a estos géneros. Y sin pecar de “grandonismo” me atrevería a decir que a nivel nacional también empieza a hacerse un más que reseñable “hueco”. Por poner un ejemplo, Laura Cox sólo actuó en esta última gira española en Madrid y Barcelona, además de en Mieres.

Los que vivimos en municipios más o menos limítrofes hace ya tiempo que nos hemos resignado a ver como la oferta musical de nuestros lugares de residencia no da para mucho, y hemos empezado a ejercer y practicar una suerte de visión de comarca en estos menesteres: ya que donde residimos no se organiza nada –o muy poco– desde el punto de vista sonoro, mejor desplazarse, por cercanía, a Mieres que no a Uviéu, Xixón o Avilés. El departamento de cultura del consistorio mierense se ha apuntado otros dos valiosos “tantos” musicales en un mismo fin de semana, huelga decir por otro lado que como complemento a otras actividades sónicas, caso del festival de Tonada en Turón, y todo ello, aunque a algunos les cueste creerlo, por el bien de la cultura y de la economía de su concejo. Agradecidos todos.

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