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Los vecinos piden más vigilancia ante el rebrote de actos vandálicos en Mieres

Los destrozos de mobiliario del paseo fluvial, achacados a los botellones, se trasladan del puente de La Perra al tramo de la senda próximo a Ujo

La papelera arrojada al río Caudal.

Los usuarios de la senda fluvial de Mieres se reencontraron ayer con un problema que parecía haber remitido en los últimos meses. Este espacio de ocio ha vuelto a ser objetivo de actos vandálicos. En este caso se trata de destrozos en la zona próxima al puente norte de Ujo, un paso muy concurrido.

Los vecinos relacionan la reaparición del vandalismo con la organización de botellones en los alrededores. La senda fluvial apareció llena de basura y una papelera fue arrancada de cuajo del firme y arrojada al cauce del río Caudal.

A los vecinos y a los colectivos ecologistas, como la Coordinadora Ornitológica de Asturias, les preocupa que en la ribera del río Caudal puedan reproducirse situaciones como las vividas en el verano de 2020. Y es que tras el confinamiento decretado por la pandemia del covid-19 estalló una ola de actos vandálicos en este popular espacio de ocio.

La que debería ser una de las zonas de esparcimiento más apacibles y visitadas de Mieres se vio inmersa en 2020 en lo que algunos calificaron como un “caos”. En este caso, los problemas se concentraron especialmente en el entorno del emblemático puente de la Perra y del tramo de senda fluvial más próximo al parque canino de Sueros. El mobiliario urbano que se encuentra en las inmediaciones de la citada área de mascotas fue literalmente destrozado. Los daños afectaron a bancos y papeleras. Hasta los dos grandes indicadores de madera que localizan el parque y recogen sus condiciones de uso fueron arrancados del suelo. Sin abandonar la influencia de la concurrida senda del río Caudal, a unos 400 metros del arrasado parque canino está el puente de la Perra, también de uso peatonal desde hace más de dos décadas. Desde uno de sus accesos, el que conecta con la ciudad, se puede descender al río. Algunos grupos de jóvenes hacen uso de la recogida orilla para organizar botellones.

Preocupación

Ahora, el problema parece haberse trasladada, al menos puntualmente, al entorno de Ujo. Los vecinos piden un aumento de la vigilancia policial para evitar que se repitan actos vandálicos como los de este fin de semana.

El paseo fluvial el río Caudal es una de las zonas de esparcimiento de Mieres con mayor afluencia de vecinos. Los aproximadamente nueve kilómetros que unen Ujo y Ablaña, con el casco urbano de la capital del concejo de por medio, integran el espacio al aire libre más concurrido del municipio en cuanto llega el buen tiempo.

Esta senda ha mejorado su aspecto notablemente. Personal del plan de empleo local ha pintado recientemente la línea de vallas que se asoma al río Caudal. “Además, las amplias zonas verdes no han vuelto a convertirse en una selva desde que el Ayuntamiento contrató a una empresa especializada”, destacan los vecinos. Por último, el Consistorio ha procedido al arreglo de las farolas que salpican el recorrido, con la sustitución de las dañadas.

Mejora ambiental

Las labores de encauzamiento y limpieza del río Caudal permitieron a mediados de los noventa habilitar el paseo fluvial que transcurre paralelo al cauce a lo largo de todo el valle. El río aún no es el de hace siglo y medio, antes de que las minas de carbón oscurecieran su aspecto, pero el cauce ha vuelto a ser cristalino y de nuevo da cobijo a una poblada comunidad de aves. Garzas y patos conviven con especies que pasan más desaparecidas, como la pequeña lavandera blanca. Se trata de un tesoro natural que aumenta el atractivo de la senda fluvial de Mieres.

Los ecologistas advierten de la necesidad de mantener limpio este espacio para proteger la rica vida natural. El andarríos chico, por ejemplo, es una especie de ave que, sin llegar a estar amenazada, se considera muy poco común. Se estima que en Asturias habitan apenas una treintena de parejas de este pequeño pájaro de pluma grisácea, pero con barrados que le dan un aspecto poco uniforme. En el río Caudal se han detectado más de una decena de estas parejas.

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