La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las Cuencas que funcionan

En Langreo Encaja todo

La empresa de embalajes de Riaño, nacida hace 80 años para hacer cajas de sidra, trabaja ahora en todo el mundo

32

Las Cuencas que funcionan: Encaja Embalajes & Trading

De fabricar cajas de sidra de madera en un pequeño taller en Gijón en los años 40 del siglo pasado a embalar un Oscar de Hollywood en 2011 o rotores de centrales nucleares en cajas de 30 metros. Es la historia de Encaja Embalajes & Trading, que empezó siendo Embalajes Álvarez y que ahora tiene su sede central en el polígono de Riaño, en Langreo, y cuenta con centros de producción en Madrid, Alicante, Cataluña y Düsseldorf, al oeste de Alemania.

Todo empezó en un año que no se olvida, en 1939, en Gijón. La ciudad estaba llena de cicatrices de una guerra y era difícil pensar en montar una empresa, pero así fue. Ese año nacía en la villa una compañía creada para fabricar aquellas viejas cajas de madera para las botellas de sidra. Han pasado tres generaciones y la actividad de la empresa no solo ha evolucionado con los tiempos sino que ha crecido exponencialmente.

1 y 2. Trabajadores en pleno proceso de fabricación de embalajes. 3. Un Oscar de Hollywood en una caja fabricada en Langreo. 4. Jorge Pardo comprobando datos en un ordenador. 5. Patricia García. 6. Rotulado de embalajes. 7. Vista general de la planta. | Fernando Rodríguez

Encaja Embalajes  & Trading tiene ahora 16 trabajadores en Riaño, 12 en Elda y algunos más en el resto de centros de producción, “pero sigue manteniendo el ADN eminentemente asturiano”, asegura Jorge Pardo, responsable de calidad e ingeniería de la empresa que ahora dirige Jesús Álvarez López, tercera generación de la misma familia.

En Langreo Encaja todo

Los años 80 fueron la gran prueba de fuego con el enorme desarrollo industrial de Asturias pero las cosas fueron cambiando y Encaja se orientó hacia un proceso integral. El cliente les pide embalar un producto, sea cual sea, y el trabajo de la compañía langreana lo abarca todo. El departamento de ingeniería analiza todos los procesos y manipulaciones a los que será sometido ese producto. Tienen que saber cómo se cargará, cómo se transportará y cómo se descargará. Cuando tienen todos los datos hacen el proyecto y su propuesta de embalaje. Acompañan al cliente en todo momento. Hasta el punto de como les ocurrió en una ocasión con una pieza de grandes dimensiones. Se hicieron todas las pruebas pero al llegar al destino aquello no funcionaba. “Monitorizamos todo el viaje del camión y descubrimos que al cruzar un puente en Francia, el vehículo pasaba por un bache y eso afectaba a un elemento determinado de la pieza”, explica Pardo. Sabiendo el problema encontraron la solución.

De eso se trata, de dar soluciones a todo lo que les pidan. En esta nave de Riaño se han fabricado cajas para trasladar a Nueva York y a otras lejanas ciudades obras del artista gijonés Edgar Plans, uno de los pintores asturianos con más presencia internacional. Pero también han embalado piezas de ajedrez de dos metros de altura, han fabricado cajas para transportar animales de un zoológico, o han diseñado un decorado de cajas de madera asemejando una biblioteca para los actos de la Semana de los Premios Princesa de Asturias.

En Langreo Encaja todo

Jorge Pardo explica que “todos los productos tienen una cualidades y no se trata de hacer una caja y meter una cosa dentro porque dentro de esas cajas hay procesos químicos y físicos”. No es lo mismo transportar un animal o una obra de arte que armamento o una pieza industrial de 20 metros y decenas de toneladas de peso.

En Langreo Encaja todo

Además, “antes el embalaje era un residuo y ahora se reutiliza y se recicla”, apunta el responsable de calidad. Su objetivo es ayudar al cliente y una forma de hacerlo es abaratar costes en ese reciclaje.

La reutilización de las cajas langreanas ha dado situaciones insólitas, como que les llegue un cliente pidiendo que le embalen un producto y al entregárselo lo haga en una caja fabricada por ellos y que ha viajado miles de kilómetros. En la empresa también les consta que algunas de sus cajas, una vez transportado sea lo que sea que había en si interior, han sido utilizadas para la construcción de casas en África o América Latina: tal es la resistencia de los embalajes langreanos.

Buena parte de esa internacionalización llegó con una patente. En Langreo inventaron la llamada “caja eco”. Esta caja, que fabrican en distintos tamaños, se monta y se desmonta sin utilizar ningún tipo de herramienta. Es plegable y reutilizable, con lo que supone un enorme ahorro para los clientes. Cuando no se utiliza puede reducir su tamaño hasta una sexta parte con lo que ahorra muchísimo espacio, y por tanto dinero, en transporte, almacenaje, stock y expedición.

Tiene además el sello necesario para el comercio internacional y se fabrica en diferentes medidas. La empresa asentada en Langreo ofrece la posibilidad de personalizar la caja y una serie de accesorios, como las ruedas, que pueden facilitar su desplazamiento. Encaja Embalajes & Trading dispone asimismo de un servicio de reposición de piezas dañadas. Esa es una de las claves de la empresa, la de estar certificada para poder trabajar con multitud de productos, como mercancías peligrosas. En eso también ayudan al cliente, porque como explica Pardo, “nosotros tenemos las certificaciones y conocemos la normativa y la legislación así que si un cliente nos pide transportar una cosa y la ley le va a pedir certificados de que la madera del embalaje no ha sido tratada con determinados productos, nosotros ya lo hacemos así desde el origen y le ahorramos muchos trámites que pueden suponer tanto tiempo como dinero”.

Jorge Pardo asegura que ellos son “los últimos de la cadena”, pero en realidad puede que sean los primeros. Si un producto no se puede transportar a su destino, qué sentido tiene su fabricación.

La empresa lleva evolucionando 80 años y así lo hicieron durante la pandemia del covid-19. Tenían la maquinaria necesaria y cambiaron la madera, los 150 o 200 metros cúbicos de madera de pino que utilizan al mes, por el metacrilato. “Nos reinventamos y nos pusimos a fabricar mamparas de metacrilato”, explica Patricia García, responsable de marketing, a lo que su compañero añade, “así ayudamos a la sociedad y logramos mantener la actividad de la empresa sin tener que hacer ninguna reducción de plantilla ni ningún ERTE”.

La plantilla es algo esencial de todas las empresas pero puede que lo sea más en este caso, un trabajo muy determinado y especializado que en realidad no es ni construcción en madera ni carpintería. Por eso les resulta complicado encontrar trabajadores. Ante esta situación, Encaja decidió hace unos años poner en marcha su propio curso de formación, que les sirvió para incorporar a una decena de trabajadores.

Desde Riaño, sus cajas dan la vuelta al mundo, “y lo ideal sería que volviesen a nosotros”, dice Jorge Pardo, llevando al máximo la filosofía del reciclaje.

En realidad, aquellas cajas de sidra fabricadas en el Gijón de los años 40 también eran reutilizables. Iban de mano en mano y de chigre en chigre vaciándose y llenándose constantemente.

Compartir el artículo

stats