El transito por la vieja carretera nacional de Castilla (N-630) se ha convertido, entre Baíña y Mieres, es una sucesión de obras, con abundante señalización que restringe la velocidad en varios puntos hasta los 40 kilómetros por hora. Tras más de una década de espera, los trabajos de mejora de los enlaces de Baíña, Cardeo y Fábrica de Mieres ya han comenzado.
De momento, se ha procedido a señalizar y acotar las tres zonas de actuación. Señales verticales, horizontales, luminosas, vallas, conos y hasta muretes de protección de hormigón salpican casi de manera permanente los aproximadamente seis kilómetros que separan Baíña del casco urbano de Mieres. Este amplio y aparatoso operativo permitirá que la circulación siga fluyendo con cierta normalidad por la carretera nacional mientras duren los trabajos.
La dirección general de Carreteras ya ha transformado la N-630 incluso antes de que las obras para la mejora de los accesos a los polígonos industriales de Fábrica de Mieres, Cardeo y Loredo-Baíña tomen forma. El dispositivo de seguridad que acompaña a los trabajos en esta muy utilizada calzada es de notables proporciones. Se trata de unos trabajos que llevaban comprometidos desde hace doce años y que finalmente serán una realidad.
El proyecto está integrado en un programa de actuaciones en la región. Así, se han adjudicado el total de los trabajos por un poco más de cuatro millones de euros. La empresa encargada de las obras será ASCH Infraestructuras y Servicios, que compitió con otras siete ofertas. Entre ellas, alguna tuvo que ser excluida por ser anormalmente baja, lo que retrasó en parte la tramitación de esta licitación. Las labores durarán varios meses. En principio, la contrata tiene tres años para desarrollar el total de las actuaciones previstas en Asturias. Las mejoras viales de Mieres son por tanto de las primeras en ponerse en marcha.
El compromiso
En el caso de Mieres, las actuaciones se comprometieron por primera vez en el año 2011 y tenían como objetivo dotar de mayor seguridad a los actuales enlaces, algo que venían demandando los usuarios de la vía incesantemente, con varios accidentes graves a lo largo de los últimos años. Finalmente se sacó a licitación el proyecto que, en el caso de los accesos a Cardeo y Loredo-Baíña, convertirá la actual glorieta partida en una rotonda cerrada. También se mejorarán los caminos anexos, incluyendo la construcción de los muros de hormigón armado necesarios. En el caso del acceso a Fábrica de Mieres, actualmente hay una intersección con «T» para girar a la izquierda que será sustituida por una glorieta cerrada. Desde el Ayuntamiento de Mieres también se había reclamado en numerosas ocasiones el desarrollo de estas obras comprometidas. La última de ellas, a principios del año pasado, en la que el alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez, destacaba que era uno de los peores puntos negros del concejo.
