Cientos de personas aprovechan la festividad de Todos los Santos para pasar por los cementerios de las Cuencas y mostrar su respeto y cariño por los familiares y amigos fallecidos. Se trata de una tradición que, pese a celebrarse con fuerza, ya no provoca atascos y retenciones en las entradas de los camposantos. "Ya no viene tanta gente como antes, es una pena que se vaya perdiendo la tradición", explicaban algunos de los asistentes.
Pese a la gran afluencia de visitantes, "es cierto que ya no somos tantos". Se nota el parón que supuso la pandemia. En algunos casos, la no haber ya una hora fija para la misa, las visitas a los cementerios se espacian a lo largo de toda la jornada, un día en el que los camposantos se visten de flores. En Mieres, Langreo, San Martín del Rey Aurelio, Laviana, Lena, Aller, Caso, Morcín, Riosa y Sobrescobio, al igual que en el resto de Asturias, se trata de un día especial, para recordar a las personas queridas "que ya no están entre nosotros".