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Dando la lata

Quién puso más

Nuestra tertulia del contenedor tiene multitud de variedades que, a su vez, conforman mayorías diversas. Así, dependiendo de lo que se trate, Madrid-Barça, Trump-Hillary, Brexit-UE, azúcar-edulcorante, diésel-gasolina, la distribución de fuerzas varía. Y, por descontado, también tenemos una tertulia entre anibalistas y antianibalistas, cada vez que abordamos la temática municipal. Y he de decir que los antianibalistas, que hasta hace poco, más que minoría eran excepción, van tomando cuerpo y ya ambos sectores están casi a la par. Y eso que la gran mayoría de los contrarios al alcalde Aníbal tienen un marcado ADN socialista y, en consecuencia, llevan una temporada de capa caída y huérfanos del incuestionable liderazgo que tanta seguridad les proveyó en el pasado. Pero es que transcurre el tiempo y en este municipio no se perciben avances significativos. Por no tener, no tenemos ni presupuestos desde hace un lustro, si bien siempre estamos a puntito de tenerlos. Ya huele el tema.

Ahora la tertulia se muestra dividida ante la nueva polémica entre los alcaldes de Mieres y Langreo (IU) y el Gobierno del Principado (PSOE). "Quién puso más" cantaba Víctor Manuel con voz tristona. Quién pone o deja de poner, discuten hoy los enemigos íntimos, IU y PSOE, ambos de izquierda -o eso dicen-, aunque históricamente, como el agua y el aceite.

Claro, en esta discusión el antianibalismo mierense carga contra nuestro alcalde y su partido, a los que califican de panda de aficionados e incompetentes, a los que un ayuntamiento les queda muy grande. Por su parte, los anibalistas tienen claro que el PSOE no perdona haber perdido el dominio absoluto de su fortín de las Cuencas y está dispuesto a hacer lo que sea para que eso no vuelva a suceder. Y por eso nos ha cerrado el grifo. "Aníbal, patán", "Aníbal, resiste". Y así llevamos unos cuantos días junto al contenedor. En lo único en lo que somos capaces de alcanzar un acuerdo es en lo triste que resulta que a estas alturas de partido aún haya servicios esenciales, como es un comedor escolar o una guardería pública, que tengan en el alero los fondos para su funcionamiento, procedan de donde procedan. Por unanimidad, es una vergüenza.

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