¿A cuántos homosexuales, lesbianas, transexuales, bisexuales e intersexuales (colectivo LGTBI) estarían dispuestos a matar? ¿A cuántos familiares, amigos, conocidos, compañeros o personas pertenecientes a este colectivo? ¿Cómo lo harían, con campos de concentración y cámaras de gas, fusilamientos masivos...? Estas preguntas les pueden parecer excesivas, aunque solo están cargadas de ironía. Cuando se pone en movimiento la onda del odio sus consecuencias son imprevisibles. La historia demuestra las discriminaciones y asesinatos sufridos por judíos, negros, homosexuales o aquellos que se consideren diferentes... Volveremos a repetir viejos errores si dejamos que las mentes medievales campen por nuestro presente. Ayer, bancos arcoíris de Langreo amanecieron con pintadas amenazantes. La onda del odio gira y gira...
