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José Manuel Ibáñez

Buenas noticias

Por una vez aparco las habituales críticas, bien merecidas, y solo voy a dedicar esta opinión a reflejar buenas noticias.

Así que comienzo: la OMS anuncia que el covid-19 ha sido finalmente erradicado a nivel mundial, el mundo recupera el pulso y todo vuelve a ser como antes de la pandemia. Se normaliza todo en el país.

La hostelería y el resto de empresarios dan saltos de alegría ante la recuperación de sus negocios, e incluso tienen que contratar más personal ante la avalancha de clientes. Rebajas de locura y primera copa gratis para celebrarlo. Los niveles de desempleo rozan el 0%. Se clausuran oficinas del Inem.

Iberdrola, antes de pirarse, regala un año gratis de energía a los langreanos por las “molestias” que tuvieron que soportar durante décadas. Además, informa que está en negociaciones con empresas “limpias” para que se asienten en sus terrenos, lo que conllevará muchos puestos de trabajo.

El polideportivo de Pénjamo ya ha entrado en pleno servicio, para alegría de los deportistas del concejo.

Sánchez, Barbón, Ábalos y Carmen Arbesú ponen conjuntamente el “ramu” al soterramiento y, a la par, las estaciones de Feve lucen remocicadas. Y el tren nuevecito circula con puntualidad británica.

Los talleres del Conde han superado todas las trabas y tan solo queda pendiente consensuar que destino definitivo se les da.

Varios políticos han sido pillados con las manos en la masa –y no son panaderos– e incluso alguno ¡dimite y devuelve lo afanado!. El emérito reintegra a Hacienda sus presuntas comisiones.

Suben sueldos y pensiones para poder recuperar poder adquisitivo. El Credine de Barros ante la falta de pacientes vuelve al uso para el que fue creado.

La putada fue al despertar y toparse con la cruda realidad, pero ¿a que no estaría nada mal, que todo fuera cierto? Sobre todo por lo primero, ¿no les parece?

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