Creo que todos nosotros conocemos de sobra la famosa Ley de Murphy, que nos dice que todo lo malo es susceptible de empeorar. Una buena mayoría de ciudadanos estábamos convencidos hace un año que en un par de meses el problema del covid sería ya un mal sueño, y volveríamos a recuperar nuestra vida habitual. Pues no.
Hilvano estas líneas el primer día que Langreo queda cerrado perimetralmente, además en fechas que con todas las precauciones posibles todos teníamos ganas de “airearnos” un poco.
Mala pata de nuevo, con quince días poco menos que presos, y con la duda de que se puedan prorrogar. Así que si un año resulta demasiado hasta para los más templados, no resulta extraño que el consumo de antidepresivos se haya disparado.
Aunque exista una mayoría cumplidora para el beneficio común, son muchos los que siguen “pasando” de todo, felices a “su aire” Ignoro si la vacuna que muchos esperamos como agua de mayo va a ser la ansiada panacea, pero con dudas razonables ante las opiniones que a diario suceden sobre los efectos secundarios de alguna. Mientras tanto, la clase política en vez de arrimar el hombro, dada la situación, siguen con sus rencillas, pendientes tan solo de “lo suyo”.
El ejemplo de “la batalla por Madrid” resulta patético, tanto que nos retrotrae a las dos Españas Machadianas. No nos van a helar el corazón, pero les vale todo con tal de llegar al poder. Aún están en precampaña y los adjetivo más suaves que salen de sus bocas son los de “comunistas”, “rojos”, “fascistas”, “ultraderechas”, “ultraizquierdas”, ladrones, corruptos, y lindezas similares.
Así que de aquí a mayo nos van a tener entretenidos con todo ello, cuando lo lógico, y más con lo que está lloviendo, sería que expusieran sus proyectos y programa, y que el ciudadano decidiera su opción.
Y como Murphy suele ser muy neciu y los indicadores le van dando la razón, igual en Septiembre para terminar de dejarnos contentos, convocan unas generales. Panorama muy oscuro.
