El pasado 11 de abril se cumplieron 200 años del nacimiento de la leyenda de Xuanón de Cabañaquinta, famoso en la segunda mitad del siglo XIX, falleciendo según noticia recogida del diario “El Correo de Asturias” el 23 de diciembre de 1894: “Ha fallecido en Laviana, Juan Fernández, ‘Xuanón de Cabañaquinta’. Este gran cazador de osos, tipo perfecto del antiguo asturiano, noble, leal, de hercúleas formas y de bizarra apostura, fue siempre un servidor leal y cariñoso de los Señores Marqueses de Camposagrado, que le tuvieron en gran estima. En Asturias y en Madrid fue presentado varias veces al malogrado Rey de España Alfonso XII”.
Juan Díaz-Faes Fernández “Xuanón” nació el 11 de abril de 1821 y no estaría de más que el Ayuntamiento de Aller o alguna entidad cultura del concejo organizase algún acto en su memoria. Fue el mayor propagador de Cabañaquinta, por su nombre cosido siempre a la localidad de nacimiento. Ya de niño destacó por su desarrollo físico alcanzando en su juventud la extraordinaria altura de 2,10 metros y 115 kilos de peso. Fue un destacado lanzador de barras, sin rival en Asturias, deporte protagonista en su tiempo y tradicionalmente dominado por los maños, aunque su mayor difusión y fama le vino por haber matado un oso en un cuerpo a cuerpo.
Su historia está muy narrada y cuajada de mitos y leyendas, robustecidas por su amistad con el Rey o los presidentes de Gobierno. Xuanón apenas tenía demoras de espera en los antedespachos del Rey o Ministros y pasaba directamente a ser recibido por las citadas autoridades. Su leyenda más conocida es la que se refiere al duelo y victoria sobre un oso en las proximidades de Vegarada, aunque el especialista en caza Anselmo Hutton alberga ciertas dudas al considerar las enormes proporciones del oso al que se enfrentó Xuanón, “capaz, el oso, de sacar por un agujero de un establo a una vaca o subir por un terraplén un caballo”.
La relación social de Xuanón en Madrid era al más alto nivel: el Rey Alfonso XII, la Reina Isabel II, el Duque de Montpensier, los generales Prim, O'Donell, Serrano, Milán del Bosch o Alejandro Pidal. Su fama rebasó las barreras nacionales y en Francia, en 1890, el hijo del presidente de la República, Carnet, narró muchas aventuras de Xuanón al que había conocido en varios viajes al concejo de Aller. Por falta de espacio no podemos reseñar las decenas de anécdotas y curiosidades que salpicaron su vida. Elegimos entre ellas la protagonizada por Alfonso Camín en Matanzas (Cuba), cuando descubrió, sorprendido, en la capilla de Monserrat de la citada ciudad cubana un retrato de Xuanón, colocado por los asturianos al lado de la imagen de la Virgen. “Nunca el catalán y el bable se habrán visto más unidos” comentó Camín. O la sentencia de Alfonso XII: “Con 10 hombres como Xuanón conquistaría el mundo”.
