En las redes sociales, esto es, Facebook e Internet, se ha publicado sobre las personas que dan sus nombres a calles de Pola de Laviana, donde se decía que en esta localidad hay tres vías que llevan el nombre de tres falangistas, fallecidos en plena juventud, en tiempos bélicos, cuyo mérito mayor fue su temprana muerte.
Al respecto, hubo personas que preguntaban qué calles eran. No daré la respuesta al uso, pero sí diré que existe un libro publicado en 2015 que lleva por título “Un libro por delante” donde se hace un recorrido, partiendo del punto cero, que no es otro que el Consistorio lavianés, donde se van describiendo las calles y refiriendo los nombres de los personajes que son y fueron dignos de tal honra.
Como supongo que, quien más y quien menos, todos saben quién fue Armando Palacio Valdés, Obispo Vigil, Fray Ceferino González, Maximilaino Arboleya, Juan XXIII, Eladio García Jove, Fray Graciano Martínez, Emilio Martínez, (que fueron hermanos), como hermanos fueron fray Aurelio y fray Hipólito, también de apellido Martínez, pero sin nada que ver unos con otros; Joaquín Iglesias; Jerónimo García Prado, Víctor Fernández (Mayo), Leopoldo Alas (Clarín), Luis Alonso, Padre Valdés, Fray Norberto del Prado, Sargento Viesca, además de otros nombres como Fruela, doctor Ochoa, Mariano Menéndez Valdés, sin olvidar Alfonso Camín, Joaquín Blume, ni nombres como Oviedo, Asturias, Gijón, Pelayo, o Cares, Piles, etcétera; que son los nombres de algunas calles de Polaviana, y, por tanto, huelga que les diga las calles que llevan los nombres de tres falangistas, sin mérito de gloria mayor. Ni que les diga, asimismo, los nombres de puertos de montaña, de ríos y hasta de árboles que también dan bautismo a calles de Polaviana.
Lo que quiere decir que, por deducción, los no citados de los que dan nombre a tres calles, son los falangistas que ocupan el nomenclátor callejero del lugar. Tres nombres sin ningún mérito digno de historia, mientras quedan hombres y nombres que sí tienen prez y gloria para que en su pueblo constasen en algunas calles.
Veamos: Mariano Antonio Zapico Menéndez, (gobernador de Cádiz, al que Franco ordenó fusilar el 6 de agosto de 1936, había sido antes diplomático español en Berlín) Luciano López García-Jove, sacerdote, escritor, historiador, abogado eclesiástico; Rodolfo García Suárez, médico, humanista, persona de bien. Manolo Portal, industrial, promotor de iniciativas deportivas, colaborador. Luis Antonio Alonso (Laga) pintor de sobrados méritos artísticos. Juan Fernández Martínez (Juanelo)...
Como corolario de esta referencia, la hoy calle Libertad, arteria mayor de la capital polesa, tuvo en tiempos de Franco tres nombres distintos a la vez, lo que quiere decirse que tal vez fuera el único sitio de España en que Franco compartiera una calle con otros, que seguramente no eran tan dignos de la gracia de Dios, como se decía que era él. Primer tramo, de la Fuente de la Salud a Fuente de los Corrales se llamaba Carlos España, desde aquí, hasta la altura de la iglesia, era “Generalísimo”, y de aquí, frente a las Escuelas, hasta el final de la calle, era Avenida Palacio Valdés. ¿Se acuerdan ustedes?
