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Tribuna

El Sanatorio de Bustiello se muere

La demandada recuperación del antiguo hospital del poblado minero y la búsqueda de nuevos usos para la instalación

Las personas que llevamos años intentando buscar una solución al Sanatorio de Bustiello, nos morimos de pena al tener que decir que el sanatorio se muere. Es ya un enfermo terminal sin solución después de que las administraciones locales hayan sido capaces de ponerse de acuerdo (y mira que les cuesta y que siempre se critican unos a otros). Pues esta Plataforma no ha conseguido de momento salvar al Sanatorio, pero sí que ha sido capaz de lograr que las tres fuerzas municipales que tienen representación en el consistorio, por una vez, estén de acuerdo en que Bustiello no merece la pena.

Y lo decimos con mucha tristeza ya que hemos empleado mucho tiempo en reunirnos para saber su punto de vista y siempre nos han trasladado su apoyo. Sin embargo, cuando pedimos que lo hagan sobre el papel conseguimos que sea una bola de esas que vemos en las películas del Oeste cuando reina el silencio. Silencio, es lo único que han dicho.

Qué tristeza que sean quienes nos gobiernan los que dejen abandonado a su suerte una parte inseparable del poblado. Un poblado minero único en Asturias, en España y en Europa, que se empeñaron en proteger BIC para después olvidarlo y no decir nada, solo silencio.

Miramos con envidia (sanota por supuesto) a nuestro concejo vecino. En Aller, llevan años intentando conservar la Torre de Soto en una apuesta firme por mantener su historia y como fórmula para potenciar el turismo y el empleo en un concejo, que, como el nuestro, después de la desaparición de la minería, le toca reinventarse.

El Sanatorio de Bustiello se muere

Allí, han sabido pelear para demostrar que pasado y presente pueden convivir y ser una fórmula para sobrevivir, más que para sobrevivir, para ser una opción de futuro y de empleo. El Ayuntamiento al frente ha sabido pelear hasta conseguir financiación para su restauración (es el Gobierno del Principado el que ha designado esos fondos en su mayoría).

Una pelea mucho más dura y complicada que la que nos atañe, ya que la propiedad de la Torre de Soto es privada. En este caso, en el caso del Sanatorio, la propiedad es publica, es el propio Gobierno del Principado el que es su propietario. Desde esta humilde plataforma, nos preguntamos ¿cómo es posible que aquí no pueda suceder los mismo? ¿Acaso los que representan al Ayuntamiento de Mieres creen que Bustiello no merece salvarse?

No nos conformamos con que pueda ser así. Hasta ahora, nunca nadie nos dijo que nuestra defensa para que estos edificios continuaran en pie no tenía sentido. Por eso nos sorprende encontrar tan solo silencio ante la petición urgente para salvar la Botica en primer termino y buscar un futuro al resto.

Nuestro mayor miedo, y el gran problema que nos encontramos, es que ese silencio aumente el tiempo para que se encuentre una solución a este problema y el dolor que nos produce esta situación, es que, ya no tenemos tiempo.

Mientras, desde el Consistorio se empeñan en decir que quieren potenciar el turismo y que “Mieres va a prestate”. Pero dejan morir una gran parte de su historia. “Mieres ye minería”, tenemos la historia escrita con carbón y no podemos borrarla con un soplido que se lleve el polvillo. Tenemos la obligación como ciudadanía, de exigir que no desaparezca. Este sanatorio ya tiene un uso, que es ser parte indivisible del BIC, pero es que además puede tener otros muchos usos, ligados al turismo o a la empresa.

Allí pueden celebrarse conciertos, ser parte de un precioso escenario en una obra de teatro, puede ser un centro de cuidados paliativos, un museo de arte para niños y niñas, ser un centro de formación profesional ligado al sector de las artes y los oficios o a la rama sanitaria para continuar con el fin que se creó (no nos olvidemos que contaba con algunos de los más avanzados sistemas sanitarios de la época, contaba con “rayos x”) ser la parada estrella del exitoso tren histórico que cruzará nuestro concejo y así con tantas ideas que se nos puedan pasar por la cabeza.

Porque el sitio lo tenemos, solo nos faltan las ganas de hacerlo posible. Tenemos la oportunidad de darle un uso y generar empleo en nuestro concejo, algo que tanto se necesita. Sin embargo, solo escuchamos silencio y al mismo tiempo el Sanatorio se muere.

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