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César González Antuña

Xuacu el Confiteru

El origen de la fiesta gastronómica de los Nabos en Sotrondio

Con este escrito quiero recordar a don Joaquín García-Argüelles García como un ejemplo que llegó a influir en la memoria popular, pues su ingenio consiguió para Sotrondio que comer un plato humilde, como los nabos, se convirtiese en un hecho representativo para la posteridad del entorno del concejo de San Martín del Rey Aurelio.

En una crónica publicada en LA NUEVA ESPAÑA el 11 de noviembre de 1955 se encuentra el testimonio de cómo todo había empezado 25 años antes como una simple comida de amigos. "Y, como siempre, los sanmartiniegos se reunirán en torno a su presidente, el gran Xuacu para celebrar la comida anual de hermandad entre cuyos platos, todos del país, no podían faltar el de los clásicos nabos y las casadielles y el vino tinto. Joaquín cumple en el año actual sus bodas de plata al frente de este grupo que solo vio interrumpidas sus funciones durante los años de la pasada guerra. Desde entonces ininterrumpidamente vienen celebrando la festividad de su patrono (?) Por eso media provincia está pendiente de este día".

Joaquín García-Argüelles había nacido en Sotrondio en el año 1908. Tras realizar sus primeros estudios las Escuelas Nacionales, ingresó como interno en el colegio de los Jesuitas en Gijón (1924), donde permanecería dos años. Durante ese tiempo surgió un acontecimiento que marcaría al joven para toda la vida. Del colegio llamaron a su padre para informarle de que su hijo era de mente despejada, muy abierto para hacer amigos, pero... que hacía novillos. Se escapaba reiteradamente del colegio, y no por el día, sino por la noche, regresando al internado a altas horas de la madrugada. A los responsables del colegio, cuando las detectaron, les alarmaron mucho aquellas escapadas. Pero se tranquilizaron algo cuando pudieron enterarse de a dónde iba el joven Joaquín, lo que hicieron a través de los propietarios del lugar.

En Gijón se había abierto, años atrás, una confitería, "La Playa", a cuyos propietarios, los señores Castaño. les sorprendió la inesperada solicitud de un joven para trabajar de pinche en el obrador solo por las noches. El muchacho era despierto y hábil, pero les extrañaron su aspecto y su educación, hasta que les confesó que estaba interno en los Jesuitas donde estudiaba, pero que lo suyo era la pastelería. Inmediatamente se acercaron al colegio para informar del asunto.

Ya con 18 años Joaquín empezó, ya oficialmente, su trabajo como pinche en "La Playa". La especialidad de la confitería para el Gijón goloso son las "Princesitas" y el trabajo sobre la pasta de nuez. Aquí es donde Joaquín madura su aprendizaje, porque en su zona, en Sotrondio, es tradicional la elaboración de les casadielles. Sin haber cumplido los 20 años Joaquín regresa a Sotrondio y hace prácticas en Sama en "Casa Cuca" y en su propio pueblo en la Confitería Nicolás Vallina.

En marzo de 1929 se va al servicio militar. En el sorteo le ha tocado la Península, con lo que ha evitado el terror de África. La suerte se amplía a hacer el servicio militar en Gijón, en el Regimiento de Tarragona de Gijón. Justo delante de la casa familiar, está Confitería Nicolás Vallina, un negocio familiar dedicado a la repostería y confitería fina. El padre de Joaquín, negoció con Vallina el traspaso del negocio y llegaron a un acuerdo.

A partir de entonces pasaría a llamarse Confitería Argüelles y él mismo cambiaría de nombre para ser conocido desde entonces como Xuacu el Confiteru.

Tradicionalmente, por Santa Lucía, 13 de diciembre, en el término de San Martín, donde se ubicaba la iglesia parroquial, había la costumbre de comer nabos. He podido constatar documentalmente que, siendo párroco don Francisco García Pumarino (1844-1877) por Santa Lucía se daba de comer a los romeros, un buen plato de nabos. Y es justo señalar que don Julio García Argüelles (1910-1949) conservó y trasmitió esta costumbre.

A Xuacu se le ocurre, sin dejar de respetar la tradición de Santa Lucía, implantar en Sotrondio la costumbre de comer nabos, pero haciéndolo el día de San Martín. Para ello el 11 de noviembre de 1930 reúne en su casa a un grupo de amigos que él mismo denomina sanmartiniegos, en una comida que podemos considerar fundacional. A la mesa estaban Víctor Fernández, Dimas Llaneza, Amador Escandón, Francisco Zaera, Armando Vallina, Julio Escandón, Graciano Vallina y, claro está, Xuacu.. La comida se repite en los años siguientes, 1932,1933 y 1935, hasta que llega la guerra civil.

Una vez terminada la guerra, le corresponde a Xuacu la organización de los festejos tradicionales en el mes de octubre e, igualmente, recupera por el día de San Martín la costumbre de comer los nabos. En esta fase, interviene el alcalde de San Martín, José María Suárez, quien propone a Xuacu que el día de San Martín no solo sea la fiesta gastronómica para la peña de amigos de su establecimiento local sino que se extienda a todo el concejo. De esta forma varias personas, principalmente de El Entrego son invitadas y confraternizan ese día con los sanmartiniegos. Los de Santa Ana traían el compango, que en aquellas fechas era Nabos con coríu.

Esta fraternal comida de los clásicos nabos se fue consolidando y pasó a convertirse en tradicional entre las familias de Sotrondio y se metió de lleno en la intimidad del hogar, al tiempo que bares y sidrerías, el 11 de noviembre, despachaban nabos como plato principal. De postre, lógicamente, casadielles. Con el tiempo, un plato sencillo y humilde se convirtió en el emblema de una fiesta gastronómica de primer orden hasta alcanzar la amplia difusión actual.

Joaquín García-Argüelles, murió en su casa de Sotrondio el 5 de junio de 1962 a los 54 años de edad. El 11 de noviembre de 1989, la organización de la Fiesta Gastronómica de los Nabos en Sotrondio le concedió el primer Nabo de Oro, como homenaje póstumo, a Joaquín, Xuacu, el Confiteru. Hoy le queremos recordar porque Xuacu hizo una gran labor en Sotrondio, hasta tal punto, que hoy día, a los sesenta años de su muerte, su recuerdo, lejos de haberse apagado, sigue tan vivo que algunos pueden decir que rivaliza en la fama con el mismísimo Rey Aurelio.

Un plato humilde para un fiesta grande. El 11 de noviembre, San Martín se consolidó año tras año. Sotrondio este día abre sus puertas y es de obligado cumplimiento el acudir a la degustación de los Nabos. Este año se cumplen 92 años de la primera gran comilona. Para este año 2022 les potes ya tan listes: nabos, callos y casadielles asgaya y a fartucar

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