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Arte

Cristina Iglesias, entre lo cubierto y lo subterráneo

Una gran muestra en Santander de una de las artistas más relevantes del panorama nacional

"Corredor suspendido", obra de Cristina Iglesias en el Centro Botín de Santander.

Celosías, habitaciones suspendidas, pabellones, estanques. En total 23 obras de formato monumental conforman la mayor muestra de la artista Cristina Iglesias (San Sebastián, 1956) desde su gran retrospectiva en el Museo Nacional Reina Sofía en Madrid en 2013.

Cristina Iglesias,está en posesión de los dos galardones más importantes otorgados en España por su trabajo como escultora: la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes (2015) y del Premio Nacional de Artes Plásticas (1999). Además, su obra está presente en colecciones destacadas como el Museo Reina Sofía (Madrid) Museo Serralbes (Oporto), Centre Georges Pompidou (Paris), Tate Modern (Londres), MOCA (Los Ángeles),Hirshorn Museum (Washington), Museo Guggenheim(Bilbao), MACBA (Barcelona), Van Abbe Museum (Eindhoven), Kunsthalle (Berna), Museé de Grenoble (Grenoble),entre otros. Por todo esto, está considerada en los círculos internacionales como la artista española viva más relevante en la actualidad.

Su obra se centra en pensar espacios, en lo que surge un diálogo entre escultura y arquitectura. Trabajó con arquitectos como Norman Foster (Arrollos Olvidados (2017) en el edificio Bloomberg. Londres) o R afael Moneo (Portón-Pasaje (2013) de la extensión del Museo del Prado. Madrid).Quienes hayan tenido la experiencia de adentrarse en la sala de Richard Serra en el Guggenheim de Bilbao, pueden hacerse una idea de lo que es la muestra. En ella figuran obras como el "Techo suspenpendido Iinclinado (1997). En varias de sus "Celosías" (1996,2006) se percibe la influencia de la arquitectura árabe, con la inclusión de textos que solo pueden ser leídos a medias. Otras obras evocan mundos lejanos como "Pabellón suspendido III", llena de sueños extraídos de Solaris, donde tanto abundan las descripciones de formas marinas. "Habitación vegetal"(2003), funciona como un laberinto, donde uno puede optar por dos direcciones y algún callejón sin salida. Alternativas como la vida misma.

En la parte exterior del Centro Botín, en los Jardines de Pereda, ese parque santanderino entre la ciudad y el mar, podemos ver una intervención de la escultora hecha específicamente para ese entorno. Una obra que exige caminar. Es un paseo, de un lugar a otro, el orden no importa, por cinco construcciones de piedra gris que encierran formas de acero fundido, que se superponen a otras formando cavidades y bolsas llenas de vegetaciones y moluscos. Pozos que tratan de lo subterráneo, de aquello que existe bajo la superficie y que hablan del origen, del inmenso mar que formó la tierra. "La vida surge de abajo y aunque la tapemos, vuelve a salir", dice Cristina Iglesias.

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