Entrevista

"No me veo durante 40 años escribiendo cómo se siente una chica de 28"

La autora valenciana Alice Kellen acaba de publicar su última novela, 'La teoría de los archipiélagos'

La escritora valenciana Alice Kellen.

La escritora valenciana Alice Kellen. / Fernando Bustamante

Begoña Jorques

Tiene 33 años y una bibliografía que ya quisieran los escritores más veteranos. Si los cálculos no nos fallan, la autora valenciana Alice Kellen, -ese es su pseudónimo- lleva ya 16 novelas publicadas. La última, La teoría de los archipiélagos (Editorial Planeta), narra una historia de amor de verano vista desde la madurez.  

¿Qué es 'La teoría de los archipiélagos'? 

La idea de este libro surge de plantearme la figura de un hombre mayor, en este caso Martín, que tiene 72 años. Quería ir hacia atrás en su vida y averiguar qué fue de él, de sus alegrías, de sus tristezas, de sus amores. A veces vemos a la gente mayor y parece que siempre ha sido así. Me parecía interesante ir hacia atrás en el tiempo.

Esta teoría parte de que todos estamos solos. ¿No es un punto de origen algo melancólico?

La teoría viene a decir que en realidad, aunque todos somos islas porque nacemos y morimos solos, necesitamos formar parte de un archipiélago y tener islas alrededor. Es bonito, pero sí creo que somos islas. No es posible conocer totalmente a otra persona porque incluso a uno mismo a veces no llegas a conocerte del todo.

En esta historia no hay mujeres protagonistas como nos tiene acostumbrados, sino dos hombres. ¿Se ha sentido cómoda?

Creo que lo divertido a la hora de escribir es retarte y ponerte en otras pieles. Igual más adelante me apetece escribir una historia desde el punto de vista de un niño. 

¿Y cómo son los protagonistas de 'La teoría de los archipiélagos', Martín e Isaac? 

Martín es un personaje cotidiano, que podría ser cualquiera, una persona un poco gris, sin grandes sueños ni expectativas, no es muy ambiciosa ni ha destacado en nada. La calle está llena de ‘martines’ e Isaac es lo contrario. Es un personaje idealizado y que es muy difícil de encontrar en la vida real. Ojalá, pero no todos somos tan transparentes, tan valientes, tan vivaces. Es el reflejo del contraste.

"Escribo para mí porque la historia tengo que sentirla yo y luego cruzar los dedos para que el lector sienta algo parecido"

¿No le da miedo hacer historias que el lector no espera?

Me apetece hacer cosas distintas, aunque hay que tener cuidado porque los lectores te acompañan y no puedes sacar todo novelas que se alejen mucho de lo que se identifica contigo. Pero no me veo durante 40 años escribiendo cómo se siente una chica de 28. Te apetecen otros temas porque a mí no me apetece repetir lo que ya he hecho.

¿Es el miedo a sentir que se repite?

Es una de las cosas que más me obsesiona, que cuando el lector abre una novela no sepa qué se va a encontrar y que cada novela no le recuerde a la anterior. Ese miedo me condiciona porque quieres que la siguiente sea distinta y vas quemando recursos porque los temas de la vida no son infinitos. Aunque hables de los mismos temas, intentas que sean desde distintas perspectivas. 

En este libro habla del amor, de la culpa, del pasado. ¿Qué temas se planteó?

Me llama mucho la atención los amores de verano. Es algo tan contenido y efímero que es perfecto. Echas la vista atrás y lo recuerdas idealizado. La parte de la naturaleza también era importante porque es como una pausa en la vida. Te recuerda que el ritmo del mundo es otro, no el que vivimos. Hay cosas que llevan su ritmo, como los árboles y las estaciones y es bonito que no se controle. 

¿Para quién escribe?

Para mí, porque la historia tengo que sentirla y vivirla yo. Y luego cruzo los dedos para que haya más gente que la lea y consiga sentir algo parecido a lo que yo sentía cuando escribí. 

Sus libros son sinónimo de éxito. ¿Dónde está el secreto?

No tengo ni idea. Creo que es determinante el momento, aunque es importante tener talento. Pero hay un factor que se nos escapa que es estar en el momento y lugar adecuado.

Quizás es que cuenta historias en las que muchos lectores se sienten identificados.

Me gusta que una chica de 16 años me diga que se ha identificado o que la madre de una amiga me diga que mis obras le han hecho pensar en su juventud. Me gusta la idea de que madres e hijas se lean los libros y cada una haga una lectura diferente.

Ya conocemos su rostro y, sin embargo, mantiene el anonimato bajo un pseudónimo, ¿por qué? 

Porque es una marca y no puedo cambiar cuando ya todo el mundo te conoce. Usar el mío crearía confusión. Quizás me lo plantearía si escribo otro género muy diferente.

Se aleja del ego del creador.

Si yo pudiera firmar para hacerme invisible no tendría duda.

"Mucha gente se ha sorprendido, pero me pasó con la novela de la Movida madrileña. Me apetece hacer cosas distintas, probar, experimentar y ver qué surge"

¿Y qué género le gustaría hacer?

Ficción adulta, por ejemplo, más en la línea de esta última novela.

¿Se han sorprendido sus lectores con esta historia?

Mucha gente se ha sorprendido, pero me pasó con la novela de la Movida madrileña. Me apetece hacer cosas distintas, probar, experimentar y ver qué surge.

¿Qué próximo proyecto tiene en mente?

Es una historia más familiar, en mi línea, y coral. Transcurre en un entorno de mar. 

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