Oviedo, D. SAN ROMÁN

En juego la primera jornada de Tercera infantil. Cintia acaba de mandar a un chico del Prados de San Julián de bruces al sintético del Díaz Vega en una pugna por un balón en la medular. «A los chicos hay que empezar a dominarlos desde pequeños», comenta una aficionada en la grada, despertando la risotada generalizada.

El municipal de La Corredoria, feudo del Oviedo Moderno, vivió ayer un día histórico ante 70 aficionados al acoger el primer partido oficial entre un equipo femenino y otro masculino de fútbol en Asturias. Para que se diese tal circunstancia hubo incluso que cambiar los estatutos de la Federación Asturiana de Fútbol. Con la inscripción de las chicas en la Tercera infantil, la categoría alcanza ahora el rango de «mixta».

Enfrentados ambos conjuntos antes del pitido inicial, queda claro que las chicas, de 12 y 13 años, no van a tener problema alguno en tenérselas con los chicos del Prados de San Julián. A estos años el desarrollo característico de la edad se deja notar antes en las jugadoras y, aunque tan sólo tres de las integrantes del equipo cumplen su segundo año como infantiles, la diferencia de envergadura es ligeramente superior a la de sus rivales. Los jugadores del Prados tuvieron ocasión de comprobarlo durante los 80 minutos de juego, especialmente los que tuvieron que lidiar con la interior derecha del Oviedo Moderno, Yasmin. «Ya le cabreó esi guaje, ya va a por él», se vuelve a escuchar en el graderío. Puro nervio. El resto -Lorena, Aida, Ainhoa, Rebeca, Pau, Leire, Paula, Alba, Yaiza, Bárbara y Alba María- tampoco se esconden.

Si bien en el fútbol el aspecto físico es importante, tampoco es en ningún caso determinante. Bien lo demostró Sergi, delantero rival que, sin levantar apenas dos palmos del suelo, fue una auténtica tortura para la zaga local, que tuvo que ver cómo el ariete anotaba hasta tres tantos de los cinco que finalmente recibieron. Un 0-5 que tan sólo demuestra que el Oviedo Moderno es un equipo nuevo, aún por moldear. Sus jugadoras llevan compartiendo vestuario y cancha tan sólo quince días. Con todo, se pudo ver a un equipo en el que primaron dos aspectos que suelen dejarse a un lado en estas categorías: la disciplina táctica y la obsesión por sacar jugados todos los balones desde atrás, nada de patadones. Cuando esto falle, siempre les quedará su afición, que no permitió a sus chicas bajar los brazos en ninguna fase del encuentro.

El final del encuentro saca a relucir el nerviosismo que ha acompañado a casi todas el día de su estreno. Ivo Gommlich, técnico del Oviedo Moderno, está contento con el resultado final, y no precisamente por sentirse inferiores, sino porque, como él mismo comenta, «no nos importa el resultado. Han sabido jugar juntas y mantener las líneas unidas». Seguramente estas chicas den más de una sorpresa durante la temporada.