Alberto Pello

La carrera de Turquía ha sido una de las más animadas de la temporada, ya que se han juntado un circuito con posibilidades de adelantamiento, una salida accidentada, pilotos rápidos tratando de progresar en el pelotón y diferentes estrategias de carrera. Estas diferencias de uso de los neumáticos se producen especialmente al existir curvas largas de alta velocidad, que generan un gran desgaste en las ruedas blandas, llegando a producirse «graining». Sin embargo, el fenómeno no es igual para todos los equipos. Por todo ello puede decirse que el resultado final de la carrera ha sido el esperado, pero no así la manera en la que se ha producido.

Ferrari, mediante Massa, ha conseguido vencer, pero el equipo italiano ha dejado escapar el doblete y casi la victoria. Esto se ha debido a que han errado en su estrategia de usar dos juegos de ruedas blandas. Los Ferrari cuidaban mejor las gomas que el resto de los equipos, pero no lo suficiente, ya que se ha demostrado que las duras tenían mejor rendimiento. Además, esta característica beneficiaba ligeramente a Raikkonen sobre Massa, pero el finlandés perdió sus opciones tras una mala clasificación y su salida desde el lado sucio, que se tradujeron en un alerón delantero dañado y en verse taponado tras Kubica durante el primer relevo.

McLaren tampoco ha tenido una carrera fácil. Kovalainen perdió todas sus opciones por su mala salida, pero evidenció que había calificado mejor que Hamilton con mayor carga de gasolina. El inglés, por su parte, tuvo que luchar con una estrategia de tres paradas. Ésta fue debida a su estilo agresivo, que causaba un desgaste excesivo de los neumáticos blandos. Sin embargo, para que le hubiera permitido ganar la carrera debía conseguir la pole, y su mala calificación del sábado se lo impidió.

BMW parece haber dado un pequeño paso atrás, y está algo más lejos de la cabeza. A continuación, Fernando ha realizado una carrera muy limpia, evidenciando la mejora en el equilibrio del Renault. Su vuelta de calificación del sábado no fue perfecta, pero lo compensó con una buena salida desde el lado limpio. Su ritmo de carrera fue bueno, muy cercano al del BMW de Heidfeld, pero aún lejos de McLaren y Ferrari. Muy cerca se sitúa Red Bull, mostrándose como otro equipo que va en progresión. Más atrás quedan Williams y, sobre todo, Toyota, que, un año más, ve truncada su evolución ya desde el principio de temporada. Por tanto, el análisis de la carrera es más complejo que en otras ocasiones. Seguramente el rendimiento de Ferrari sea mejor que el mostrado, y así deberá ser, si quieren mantener su ventaja en Mónaco, donde el McLaren suele rendir muy bien. BMW tendrá que mejorar para no quedarse atrás y verse alcanzado por Red Bull y, sobre todo, Renault, cuya progresión es evidente, ya que hace sólo dos carreras que Fernando Alonso luchaba en la zona media del pelotón y ha visto reducida su diferencia con la cabeza en varias décimas.

Alberto Pello es ingeniero industrial y cursa en Oxford un máster en Automoción Deportiva