Oviedo, N. L.

El 24 de mayo del pasado año se vivía otra triste jornada salmonera en los ríos asturianos: cuatro capturas que servían, al menos, para superar la barrera de los cien ejemplares capturados. En total se alcanzaba ese día la cifra de 102 salmones y ya quedaba claro que el balance final del año iba a ser paupérrimo.

Pero los datos que entonces parecían malos resulta que hoy ya no lo son... porque son peores los del presente. Las nuevas normas, con el retraso en el inicio de la campaña, el recorte de los cupos y los dos días de veda por semana se han evidenciado como parches que nada curan. Y es que el problema del salmón ya no está en los ríos, pues a los ríos apenas llegan salmones. El nivel de las aguas parece óptimo y las riberas presentan un buen ambiente de pescadores, pero las masivas capturas realizadas en alta mar tienen su reflejo en la escasa presencia de salmones en nuestros ríos.

Las tres últimas jornadas de pesca, con nueve ejemplares capturados el viernes, sábado y domingo, han levantado un tanto los ánimos, pero esas 27 capturas no han conseguido nada más que elevar a 69 el número de ejemplares echados a tierra este año, un tercio menos (un 32,3 por ciento) que los capturados hace exactamente un año.

Por ríos, la mayor pérdida de ejemplares esta campaña la soporta el Narcea, con un 52 por ciento (de 25 a 12), por el 37% del Cares-Deva (27 a 17), el 25% del Esva (de 4 a 3) y el 23% del Sella (de 38 a 29), en tanto que el Eo repite en estos momentos los 8 salmones que diera el pasado año. Hoy vuelve a ser jornada hábil en los ríos asturianos.