Oviedo, J. E. CIMA

Luis Pasamontes (Cangas de Narcea, 1979) afrontará desde el sábado en Sevilla su cuarta Vuelta a España. El cangués fue en los últimos años el escudero de Alejandro Valverde y, tras la sanción al murciano, ahora le tocará cuidar en el Caisse d'Epargne a David Arroyo porque «después de su gran Giro de Italia donde fue líder cambió su mentalidad y creo que lo hará bien en la Vuelta. También estarán Rubén Plaza y Luis León Sánchez, que casi estuvieron en el top ten del Tour, que llegarán con moral crecida y se pueden esperar buenas cosas. No tenemos un favorito claro en la salida para ganar, pero luego en carrera es un trío muy fuerte y con muchas expectativas».

En octubre cumplirá 31 años y con esa experiencia internacional acumulada piensa de la ronda nacional que «es muy exigente y desde la primera semana ya habrá emboscadas. Creo que las etapas de mi tierra (Asturias) van a ser decisivas y estoy muy contento de volver a competir por allí. Si hubiera hecho el Tour, al final hubo un cambio táctico y no me llevaron, seguramente ahora me la perdería».

Esos dos finales en alto en el Principado, según Pasamontes, van a «ser muy importantes. Los lagos de Covadonga es una etapa mítica que tendrá mucha espectacularidad y con la subida de dureza por La Huesera. Y Cotobello es una montaña inédita y dura y antes con los puertos de San Lorenzo y Cobertoria. Lleva el nombre de cima Chechu Rubiera y es una pena que no pueda participar al no invitarles. En Asturias tenemos el privilegio de que cada año podríamos organizar una final en alto impresionante porque hay mucho sin explorar».

Como vecino de Madrid tampoco olvida el cangués que a falta de un día para el final está la llegada en alto a la Bola del Mundo. «Será otra llegada muy dura porque se acusa la altitud y habrá tres pasos por Navacerrada. La hice entrenando y se nota pasar de los 1.890 metros de Navacerrada a los 2.300 de la meta, tras subir 3,5 kilómetros de carretera estrecha, de cemento y con curvas impresionantes. Será muy espectacular para el público», dice.

Acabará su octava temporada de profesional y también contrato con el Caisse d'Epargne, pero en los próximos días renovará con su director Eusebio Unzúe, que encontró el patrocinio de Movistar. Pasamontes reconoce que «las negociaciones van por buen camino porque el técnico quiere contar conmigo y me valora mucho el trabajo para los líderes. Hubo momentos de incertidumbre al saber que se marchaba el patrocinador francés, pero Unzúe demuestra que hay que tenerle confianza porque sabe trabajar bien para encontrar un gran relevo. Tenemos a los mejores ciclistas del mundo y también es bueno tener un patrocinador español grande».

Junto a Carlos Barredo será la participación asturiana en la Vuelta. Pasamontes piensa del gijonés que «tendrá su etapa marcada para buscar el triunfo. En el Tour estuvo muy bien y fue una pena que no lograra un triunfo que mereció. Estuvimos entrenándonos una semana por Madrid y demostró que está muy fuerte y motivado».

Más a nivel particular, Pasamontes espera «hacer un buen trabajo para los líderes del equipo. Ojalá esté cerca de ellos porque indicará que lo están haciendo bien. Y si tengo alguna libertad intentaré también aprovecharla».